En la sencillez y alta sensibilidad de la señora Cecilia Arellano radicará la grandeza del Sistema Integral de la Familia (DIF), que hoy inicia una nueva era que se podría describir en una sola frase:
“Será un puente de esperanza y sueños”.
Le salió de la profundidad del corazón frente a su esposo el gobernador Alejandro Armenta, sus hijos Ceci, Cristi y Alex, los 10 miembros del Patronato y un pletórico Centro de Convenciones.
Entendemos que doña Ceci no es proclive a los reflectores ni a los protagonismos, pero también sabe que tiene que cumplir con un protocolo institucional que reclama la posición del mandatario y, sobre todo, desarrollar un ejercicio que le apasiona: activar acciones enfocadas al bienestar común; la solidaridad; reciprocidad; protección a la niñez y familias vulnerables; el bienestar en general englobado en el humanismo que promueve incesante Claudia Sheinbaum desde la Presidencia de la República.
Es obligado recordar que los antecedentes del DIF se remontan a 1929, cuando un grupo de mujeres creó el programa “Gota de Miel”, que ayudaba a la alimentación de niños y niñas de la periferia del Distrito Federal.
En 1961, se constituyó el Instituto Nacional de Protección a la Infancia (INPI), que proporcionaba merienda fría a escolares de primaria de todo el país por 20 centavos todos los días, desapareciendo en 1968 para convertirse en la Institución Mexicana de Asistencia a la Niñez (IMAN), que atendía a niñas y niños huérfanos, abandonados, desvalidos, enfermos o discapacitados.
Hacía falta más, de tal forma que el INPI y el IMAN se fusionan en 1977 para crear el Sistema Nacional Integral de la Familia, conocido como el DIF.
Hoy, esa transformación, el crecimiento demográfico, la desigualdad, el maltrato, el abandono, el hambre, la miseria, la discriminación, obliga a la necesidad de inclusión eintegración de una sociedad más igualitaria, requiere de mentes sensibles y dispuestas a trabajar.
Ese es el reto de la señora Ceci que hoy sintetizó su programa de trabajo en 10 acciones que tienen que ver con la atención integral de la niñez; programas transversales con las dependencias de prevención y bienestar que atiendan a familias vulnerables, se conviertan los desayunos fríos en calientes y se creen huertos escolares; respeto y cuidado a los adultos mayores; inclusión a personas discapacitadas en todos los servicios y la creación de una nueva “Casa de Ángeles”.
Casa Puebla se convertirá en un centro de salud emocional y mental; se certificarán programas de adopción con transparencia absoluta; se edificará el Centro de Bienestar Animal en Flor del Bosque; atención primordial en situaciones de emergencia, dando seguridad con aportación de albergues y rutas de evacuación; y, por supuesto, tejerá el DIF estatal una alianza estratégica con todas las voluntadesciudadanas.
Creo que la señora Ceci Arellano se echa a cuestas una gran labor que, seguramente tendrá éxito, porque su conciencia sabe que en la familia reside la unión, la fuerza, el esfuerzo, el trabajo, herramientas suficientes que generan motivos para soñar en un mejor porvenir.