Por: Miguel Ángel García Muñoz

Dicen que la líder del PAN en Puebla, Genoveva Huerta, se lava las manos de manera compulsiva, pero no por las medidas sanitarias que impone la pandemia, sino porque quiere borrar el olor del dinero que recibió por otorgar la candidatura de San Andrés Cholula al “Chapulín” Raymundo Cuautli.

¿Cuántos millones recibió la violinista?

Está tan seguro Raymundo Cuautli de ganar, que soltó las alforjas repletas de billetes, pensando que llegando a la Alcaldía las recuperará con creces.

Sin embargo, hay algo que pretende ignorar: Si en Acción Nacional no lo quieren, en San Andrés lo repudian, porque en pocos meses ha traicionado a los Partidos que le han abierto las puertas. Lo hizo con el PRI saltando a MORENA; luego al PRD; ofreció sus amores a Movimiento Ciudadano de Fernando Morales Martínez, siendo rechazado; acercándose, finalmente, al PAN donde el soborno fue su aliado para adjudicarse la candidatura a la que tenían más derecho y méritos Francisco Fraile García o Blanca Jiménez Castillo.

Ninguno de los que componen la planilla de Cuautli fue notificado de que él sería el elegido; tampoco les pidieron su opinión. Hasta en la lista de candidatos a Regidores de representación proporcional hay falta de consenso, el ejemplo está en Jesús Espina Chaín, quien se mostró extrañado y molesto de la decisión unilateral, aunque no lo externa abiertamente por disciplina partidista. Es lo que afirman los enterados.

Otro pecado carga Cuautli: Uno de sus impulsores y financiadores es el ex Presidente Municipal de San Pedro Cholula, José Juan Espinosa Torres, quien no sólo se afrenta de la Cuarta Transformación, sino que se enfrenta intentando tirar las postulaciones de MORENA en el municipio sanandreseño y en San Pedro Cholula.

Para el JJ sería maravilloso que su amigo de la infancia, de estudios y negocios, sea el ganador de la contienda del 6 de junio, porque se convertiría en el poder tras el trono, encontrando de rebote la venganza contra el Gobernador Miguel Barbosa y el Diputado Gabriel Biestro.

Cuatli-JJ, la hipocresía andando.

Las encuestas, todas, auguran que Cuautli será barrido en las urnas. Bueno, con excepción de las que patrocina, incluyendo a algunos columnistas de medio pelo que le aplauden pensando que ganará.

El chasco será mayúsculo.