Ricardo Sheffield Padilla, Director de la PROFECO, ha sido cuestionado por diarios especializados como el Economista por manipular y no entregar información requerida, como ocurrió en julio de 2020; en Puebla se han multiplicado las quejas por los abusos en precios que han incrementado las cadenas comerciales en la canasta básica, auspiciando la pobreza y la dificultad de compra con el salario mínimo.
Durante la pandemia se ha detectado venta de tanques de oxígeno y no hay respuesta de la dependencia creada en 1976 que tiene más oscuros que claros.
En nosocomios privados se cobran cantidades millonarias por atender a enfermos de Coronavirus; se les exige a familiares entregar anticipos de mucho dinero y escrituras de propiedades que garanticen el pago. Son muchas las quejas, entre ellas contra el hospital Angelopolitano y tampoco hay respuesta.
Habría que revisar los abusos en gasolineras y gaseras donde no actúa la dependencia, siendo el soborno de sus inspectores a comerciantes, una de sus debilidades.
En los Estados se multiplican las quejas, pero Sheffield se hace el desentendido.
Por definición, la PROFECO es una dependencia descentralizada de la Secretaría de Economía que se encarga de empoderar al consumidor por medio de la protección de sus derechos y la promoción del consumo razonado, informado, sostenido, seguro y saludable. A través de estudios de calidad y su difusión, la Procuraduría regula las distorsiones del mercado a fin de fortalecerlo y dar bienestar a la población.
Entre los principales objetivos de la Procuraduría Federal del Consumidor están:
Proteger y defender los derechos de las y los consumidores.
Generar una cultura de consumo responsable.
Proporcionar información oportuna y objetiva para la toma de decisiones de consumo.
¿Cumple a cabalidad?
La respuesta es: ¡No!
No sirve de nada la PROFECO, es una carga al erario federal.
Y, ahora, para colmo, se confronta Sheffield con el Gobernador de Puebla, Miguel Barbosa, obedeciendo a sus fobias por la Cuarta Transformación inducidas por su panismo que circula en sus venas.
El intratable Ricardo Sheffield Padilla, se hace acreedor al PREMIO PINOCHO Y SU CORCHOLATA DE PATO PASCUAL, POR MENTIROSO.