Sin duda alguna, una de las asignaturas en las que el gobierno federal está reprobado es en el tema de la atención a la salud de todos los mexicanos y señalo esto, porque desde el inicio de la actual administración, las decisiones que ha tomado el Presidente, en cuanto al abasto de medicamentos al sector y el de lograr que las instituciones como el IMSS, ISSSTE y otras dependencias encargadas de atender a la población como lo fue el Seguro popular que fue sustituido por el INSABI, contaran con medicamentos suficientes ha fracasado; porque en su afán de ir en contra de los intereses, de las empresas farmacéuticas y laboratorios que por décadas en las administraciones de los gobiernos neoliberales, se aprovecharon de la corrupción y sobreprecios que permitieron el abuso y enriquecimiento de los funcionarios del ramo, no midió las consecuencias, ni contó con un plan de contingencia que le permitiera terminar con un problema, sin entrar a otro, sobre todo en uno de los derechos humanos fundamentales para los ciudadanos, que es el derecho a la salud y seguridad social.
El discurso del Presidente, en contra de dichas empresas nacionales e internacionales encargadas del abasto de medicamentos en el país al sector público por las malas prácticas y corrupción que imperaban, tuvo un amplio respaldo de la población; sin embargo durante los más de cinco años de su gobierno, no ha encontrado una solución para evitar los daños a quienes padecen alguna enfermedad crónica o degenerativa como el cáncer o la diabetes y que requiere medicamentos en forma permanente y urgente, para no agravarse e incluso correr el riesgo de perder la vida por la carencia de los mismos.
Los costos de una decisión política del presidente han sido muy altos para el país y las sanciones a las empresas y funcionarios corruptos no se han aplicado, por lo que al final de cuentas quién ha sido la víctima de la decisión presidencial ha sido la población vulnerable y las instituciones del sector, que han padecido el desabasto en forma permanente y sin que exista a corto o mediano plazo una alternativa para terminar con él.
Si nos remontamos a marzo de 2020 en que se inicia la pandemia de la covid 19 en México con el confinamiento de la población y el grave aumento de los casos, ante un problema que ya existía como el desabasto de medicamentos y la falta de hospitales suficientes para atender a los contagiados por una pandemia para la que casi ningún país del mundo estaba preparado, la situación fue sumamente grave y de los más de ochocientos mil muertos a causa de la pandemia en México, será muy difícil determinar cuantas de estas muertes, fueron a causa de la enfermedad y cuantas por la falta de medicamentos que agravaron el estado de salud, de quienes ya padecían una enfermedad crónica o incurable y que aunque oficialmente se asentó en las actas de defunción que su muerte fue a causa de la covid 19, dicha enfermedad se tornó más letal, por el estado de salud de los fallecidos que no contaban con los medicamentos necesarios y que el sector salud les había negado.
Por toda esta situación, el presidente López Obrador, ha dedicado un buen número de horas de sus conferencias mañaneras para tratar de defender la decisión de no seguir comprando medicamentos a los grandes grupos farmacéuticos que tuvieron vínculos con los gobiernos del PRI y del PAN para acabar con la corrupción; pero el costo lo continúan pagando los derechohabientes y sus familias.
La decisión de desaparecer el seguro popular, de crear el INSABI, para también después desaparecerlo y crear ahora el modelo del IMSS BIENESTAR, lejos de ser una solución al problema, ha sido más de lo mismo ya que cada vez más la población carece del acceso a los servicios y cuando los tiene, continúa padeciendo el desabasto de medicamentos.
Así para tratar de ofrecer una solución a dicho problema. el pasado dos de agosto, el presidente anunció la creación de una farmacia o almacén en la ciudad de México que contará con todos los medicamentos del mundo en cantidades razonables, con el objetivo de que nunca falte ninguno de ellos, en los hospitales y clínicas del sector salud y se asegurará que los productos puedan moverse por aire o tierra a cualquier parte del país donde se requieran.
El anuncio del presidente fue motivo de críticas de diversos grupos políticos y sectores de la sociedad civil, que consideran que es una de las medidas populistas del actual gobierno que lo que buscan es crear una cortina de humo, ante su incapacidad para atender las necesidades y derecho a la salud de la población, que sigue sin tener acceso a las medicinas prometidas y que les serían proporcionadas en forma gratuita, teniendo que adquirirlas por sus propios medios en algunos casos y en otros sin contar con una salida por la falta de recursos y el abandono gubernamental.
La promesa de que la apertura de la mega farmacia, anunciada para el próximo 30 de diciembre a la fecha parece lejana y con pocas posibilidades de que se lleve a cabo, porque aún y cuando ya se cuenta con el inmueble donde se instalará en el Municipio de Huehuetoca cerca del aeropuerto Felipe Ángeles, no se vislumbra que su equipamiento y surtido de todos los medicamentos del mundo, se realice de un día para otro; por lo que lo más seguro es que México inicie 2024 con el mismo problema del desabasto de alimentos, como otra de las promesas incumplidas del presidente y de la 4T, que prometió: “no mentir, no robar y no traicionar” Por lo que me pregunto: ¿ésta es la continuidad en el país, que en la aplicación de este tipo de políticas gubernamentales seguirán con la candidata a la presidencia Claudia Sheinbaum? ¿O los mexicanos decidirán votar por un verdadero cambio?
*director fundador del Instituto de Ciencias Jurídicas de Puebla.