Cuando el DIF toca a tu puerta, te cambia la vida

Diario ABC Puebla

Hay historias pequeñas que, sin hacer ruido, sacuden el alma de una ciudad entera. Historias que llegan sin protocolo, sin reflectores, sin discursos ostentosos y…así mueven montañas.

Hoy les platico de Liany Pérez Zepeda, una niña de apenas dos años.
Nació en las márgenes de Puebla, en la comunidad indígena de San Miguel Espejo, pero hoy la pequeña camina —pasito a pasito— hacia un futuro que parecía un muro que no se podría atravesar.

ALGO NO ESTABA BIEN CON LIANY

Su madre, Zaida Zepeda, cargaba un miedo que solo las madres conocen: ese presentimiento helado de que algo no va bien con su hija. Liany no crecía. No jugaba y no se movía como los demás. Aun así, Zaida hizo lo que hacen las mujeres fuertes de esta tierra: respiró, tomó a su niña y buscó ayuda donde muchos solo ven una oficina de gobierno. Tocó la puerta del Sistema Municipal DIF y ahí ocurrió lo extraordinario.

Los médicos detectaron lo evidente —bajo peso, talla, signos de desnutrición—, pero también lo que nadie imaginaba: un soplo en el corazón. Ese hallazgo no solo le salvó la vida con un cateterismo; le abrió la posibilidad de sentir crecer la esperanza.

PEQUEÑOS IMPARABLES

A Liany la integraron al programa “Pequeños Imparables”. Y entonces sí, la maquinaria humana del DIF se puso en marcha: visitas constantes a su vivienda humilde, seguimiento médico, acompañamiento nutricional, atención cercana casi familiar. No fue un trámite; fue un abrazo.

En un año, Liany no solo recuperó movilidad, peso y energía. Obtuvo algo más valioso: la posibilidad de un mañana. Y en ese proceso, también su familia fue transformándose. Donde antes habitaban la incertidumbre y la frustración, hoy florecen la esperanza y confianza. Esa es la verdadera política social: la que no presume números, sino cambia vidas.

INVITADA DE HONOR AL INFORME DE MARIELISE

Por eso no sorprende que Liany se convirtiera en la invitada de honor durante el primer informe de labores de Marielise Budib, presidenta del Sistema Municipal DIF en la capital de Puebla. Ahí estaba esa pequeña guerrera, radiante, sonriendo con la intensidad de un sol, reconociendo a quienes la han acompañado en este camino. Su presencia no fue un gesto simbólico: fue un recordatorio contundente de lo que significa servir.

Porque cuando el DIF toca una puerta, no solo entra un programa, sino también un equipo que escucha, acompaña, carga, empuja y sostiene. Entra la posibilidad real de que las circunstancias no dicten el destino.

COMUNICAR PARA TODOS

Un año después, esa niña que apenas levantaba la mirada,hoy juega, ríe, abraza y nos enseña que la política, cuando se hace con el corazón, puede ser profundamente humana y radicalmente transformadora.

Ojalá Puebla siga mirándose en el espejo de Liany: pequeña, sí, pero imparable. Y ojalá sigamos apostando por un modelo de servicio público que, lejos del protagonismo, demuestra en los hechos que la esperanza se construye entre gobierno y sociedad; para ello se necesita comunicar con estrategia y para todos.

La familia Pérez Zepeda hoy tiene la convicción de que cuando el DIF municipal, estatal o federal toca a tu puerta, te cambia la vida.

¡Nos leemos pronto!

**Director del portal Noticias con Moctezuma, periodista con más de 20 años de experiencia en prensa escrita, radio y periodismo digital.

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