Reiteradamente el Presidente de la Liga MX, Enrique Bonilla, ha violentado el reglamento.
Su última gracejada fue la suspensión de tres partidos al “Piojo” Miguel Herrera, quien llamó puto al árbitro Marco Antonio Ortiz, al finalizar el partido donde el Cruz Azul goleó 5-2 al América.
La palabra que se está tratando de erradicar de los estadios del mundo entero con sanciones ejemplares a selecciones y equipos de todas las ligas, es el que utilizó el Técnico americanista y sólo se fue tres partidos, lo que ha sido calificado como uno de tantos trinquetes de Bonilla.
Hay que contarle lo que ha solapado con la venta fraudulenta del equipo Lobos BUAP, beneficiando sospechosamente al empresario Mario Mendivil Blanco y a sus socios; sin escapar las consideraciones fuera de lugar que ha tenido con el dueño de los Tiburones Rojos del Veracruz, Fidel Kuri.
Enrique Bonilla, juró respetar y hacer respetar los estatutos y reglamentos de la Federación Mexicana de Fútbol y de la Liga MX, quedando como un verdadero farsante, por lo que gana el PREMIO PINOCHO Y SU CORCHOLATA DE PATO PASCUAL.