Nunca le creí a Fernando Manzanilla Prieto el haberse distanciado de Rafael Moreno Valle Rosas. Al contrario, le encargó ser una cuña en la oposición. Era su avanzada en su añoranza de convertirse en huésped de palacio nacional, teniendo como prioridad destrozar la imagen del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Valió la simulación de haberse peleado con el hoy delincuente Eukid Castañón, aparentando un supuesto alejamiento que nunca lo hubo. Por eso se entiende que fue dos veces coordinador de Antonio Gali Fayad: En 2013, buscando la alcaldía y en 2016 la gubernatura: esto solamente pudo ocurrir con la autorización de Rafael.
Manzanilla, también montó una farsa dizque para servir con lealtad al gobierno de Miguel Barbosa, después de que su ambición se desplomó junto con el helicóptero Agusta el 24 de diciembre de 2018.
Pocos saben que, siendo secretario de gobernación de Barbosa, recibía 50 millones de pesos mensuales como “contribución” de las patrullas de seguridad pública. Era la cuota para el jefe sin que supiera el Ejecutivo. Lo peor era que recibía maletines llenos de dinero provenientes de la rectoría de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, con el sello invisible de Alfonso Esparza Ortiz, con la consigna de respaldar la conspiración contra el barbosismo.
Miguel Barbosa Huerta, finalmente se enteró y lo fulminó.
En efecto, Manzanilla formó parte del complot contra Barbosa y en esto tomó parte activa el grupúsculo que intenta controlar a la BUAP a espaldas de la rectora Lilia Cedillo Ramírez. No puedo concebir que la destacada investigadora sepa y no actúe en consecuencia. Creo que su desdén por la política es un hueco que han llenado los vivales que también arremeten contra el senador Alejandro Armenta, utilizando a Jesús Saldívar, líder del PAN municipal y a Sagrario Conde, quien trabajaba, no hace mucho, en la institución universitaria.
Mis informantes confidenciales suelen no equivocarse.
Fernando Manzanilla, alias el “Rasputín trasnochado”, finge que está dispuesto a la unidad a la que ha convocado el coordinador estatal único en Puebla de la defensa de la cuarta transformación, Alejandro Armenta. Es de los políticos de confianza de Ignacio Mier Velazco que jugará las contras, a sabiendas que en sus sueños de fentanilo no volverá a ser un personaje de alta influencia en el próximo gobierno. Sus posibilidades se reducen a nada.
No me extrañaría que esté en pláticas con el panista integrante de la secta “El Yunque”, Eduardo Rivera Pérez, sin importarle que las encuestas nacionales confiables le dan a Alejandro Armenta una ventaja de 24 puntos; mientras que, a nivel nacional, Claudia Sheinbaum supera a Xóchitl Gálvez por el mismo porcentaje que es casi imposible de revertir.
POSDATA: Los rumores no cesan: Nadie duda de la capacidad académica ni de los lauros como investigadora de la rectora Lilia Cedillo Ramírez; sin embargo, las huellas de Enrique Agüera Ibáñez y Alfonso Esparza Ortiz no pudieron borrarse de aquella jornada electoral universitaria que ganó sin problemas.
POSDATA 2: Siendo director de El Heraldo de México y Puebla, tuve tres encuentros con Fernando Manzanilla Prieto en el hotel presidente Intercontinental. Tenía sus lugares reservados; era bien conocido; lo seguían considerando parte del morenovallismo en 2016. Acordamos ser amigos y respetarnos. En la última reunión, recibió una llamada, era para integrarse a la campaña de Antonio Gali Fayad que iba por la gubernatura. Me dijo: “Me tengo que ir de urgencia; te hablo para reanudar la plática; estamos en lo dicho”.
En efecto, volvimos a tener comunicación y sin miramientos aseveró: “Miguel, vamos a dejar todo pendiente”; “Hasta la amistad”, respondí; “Sí, también”, concluyó.
Manzanilla, hizo gala de su hombría.
Lo entendí: Yo, era un perseguido del morenovallismo; él, seguía formando parte de él.
La farsa a flor de piel.
POSDATA 3: Me han preguntado quiénes integran ese grupúsculo de la BUAP que quiere el control total, operaron a favor de Ignacio Mier Velazco y hacen lo mismo por Eduardo Rivera Pérez.
Lo siento, no es momento de dar nombres.

Periodismo con Historia
*(ABC Puebla)
Por: Miguel Ángel García Muñoz

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