¿Hará el milagro Américo Zúñiga de revitalizar al añejo Partido?
He escuchado las peroratas de muchos Delegados del CEN del PRI en Puebla, teniendo como destino el basurero.
Forman parte del retroceso de la otrora poderosa organización.
Oí las palabras del ex Presidente Municipal de Xalapa, Américo Zúñiga, convertido desde el viernes pasado en Delegado del CEN del PRI en Puebla. No pude más que imaginarlo implorando el regreso sin condiciones, al añejo Partido, de Fernando Morales Martínez, Leobardo Soto, Víctor Hugo Islas Hernández, Gerardo Islas Maldonado, Guillermo Pacheco Pulido, Víctor Gabriel Chedraui, Darío Carmona García, Pablo Fernández del Campo, José Luis Márquez, Francisco Ramos Montaño, Héctor Alonso Granados, nada más por citar algunas joyas.
Me parece verlo contactando a Fernando Crisanto o José Tomé para que dirijan la Secretaría de Prensa y Propaganda.
Seguramente les pediría un acto de contrición.
Y también su juramento para comprar cinco pesos de decencia.
“Prometan no volver a traicionar”, les diría.
Zúñiga, debería encomendarse a todos los santos.
El discurso de Zúñiga, por lo menos en teoría, se oye actualizado, mejor que el de los últimos Delegados priistas que han estado en Puebla dedicados a la pachanga gastándose los viáticos, valiéndoles madre lo que ocurra con el PRI. Ahí están los casos de Ismael Hernández Deras, Rogelio Cerda Pérez, María Esther Scherman, Alejandro Medina, José Olvera, Erick Lagos, Gilberto Gutiérrez, algunos de ellos ligados a Manlio Fabio Beltrones, alguna vez con aureola de presidenciable y hoy investigado por malversar algunos cientos de millones de pesos.
Sin embargo, esa teoría de Américo Zúñiga se me figura ociosa. Mire usted lo que asegura: “sé que ha habido errores, los podemos objetar, errores humanos, errores de personas. Ha habido traición, pero también hay futuro y me parece que debemos de hablar cuál va a ser el futuro. Las alianzas que debemos hacer; repito, es con nosotros primero y ya veremos en el año 2021 con qué fuerza política podemos hacer equipo, para presentarnos como una oposición fuerte”.
Y no descarta aliarse con el Partido Acción Nacional, el mismo que ya arrastra por el piso sus siglas con la detención de Genero García Luna, que pone en predicamento a Vicente Fox, Felipe Calderón, a su cuate Enrique Peña Nieto y al panismo trasnochado de Marko Cortés.
Zúñiga, está dispuesto a hablar con los que se fueron; con los que traicionaron; con los que enfrentan un proceso de expulsión. “El PRI tiene instancias para atender, estudiar y, en su caso, resolver, sobre las querellas que se hayan formulado”, refiere, intentando traslucir optimismo.
“Yo sí creo que debemos recuperar a todos, incluso a quienes se fueron. Hablar con ellos, tocarlos y ofrecerles reconstruir con nosotros el Partido en el que militan”.
Ya lo veo visitando la oficina de Alejandro Armenta Mier en el Senado de la República.
Igualmente, lo imagino levantándole la mano a Melquiades Morales Flores.
¿Qué pasará con el actual Presidente del CDE del PRI, Lorenzo Rivera?, este sí, hombre decente que llegó en mal momento para intentar revivir a un Partido medio muerto.
Hay priistas que valen la pena; no todos son malos ni todos traidores; me consta. Mientras Zúñiga se da cuenta, el PRI habrá perdido en 2021 e irá por el mismo cauce en 2024, a no ser que el mundo poblano dé un vuelco.
directorabcd_reflexiones@yahoo.com.mx