¡El Puebla de la Franja no dejará el Cuauhtémoc!
Es una buena noticia para la afición, alejándose incertidumbres y sufrimientos que se acrecentaron desde que Rafael Moreno Valle y Antonio Gali Fayad metieron las manos sucias en el fútbol profesional, como lo hizo en 1987 el Gobernador de la ignominia, Mariano Piña Olaya, decidiendo apoderarse del deporte profesional creando la Promotora de Puebla, administrando a los Camoteros, a los Ángeles y a las Abejas de basquetbol, terminando en un rotundo fracaso y el desvío millonario de recursos.
¿Hay la necesidad de afirmar que el Puebla se queda?
Creo que sí.
Veamos:
En Sinaloa juegan los Dorados, pero no en primera división.
Infructuosa ha sido la incursión repetida de Diego Armando Maradona, perdiendo en sendas ocasiones la oportunidad de ascender.
¿Por qué no invertirle e intentar que se consolide el proyecto?
Esa no es la idea de la familia Toledo que busca competir con Dorados buscando incursionar en el fútbol comprando la franquicia del Puebla, pensando que tendrá el mismo éxito que en el béisbol donde es dueña de los famosos Venados de Mazatlán.
El éxito que tuvo en los negocios el patriarca Antonio Toledo Corro, quien fue Gobernador por el PRI de 1981 a 1987, gracias al impulso de su amigo José López Portillo, lo quieren extender sus hijos y nietos en la liga MX. Sin embargo, no será así, no sólo porque el Gobernador Miguel Barbosa Huerta ha dicho que buscará a los empresarios adecuados para que el Puebla se quede, pero sin que se involucre el gobierno en inversiones del erario que tienen otro destino prioritario para el bienestar de los poblanos.
Ahí está el estadio Cuauhtémoc para ser utilizado como concesión del gobierno estatal, pero nada más. El fútbol debe ser manejado por empresarios de reconocida capacidad y honorabilidad. Así sucederá.
Ya está decidido.
La afición está feliz y eso abona a crecer la imagen del Gobernador Barbosa.
Lo mismo sucede en Veracruz, donde el mandatario Cuitláhuac García ha intervenido para que los Tiburones se queden en el Pirata Fuente, bajo la batuta de un grupo de empresarios que nada tengan que ver con el tormentoso Fidel Kuri.