Entre las iniciativas de ley impulsadas durante el Gobierno de Rafael Moreno Valle Rosas y que fueron apoyadas por los Diputados convertidos en lacayos, figuran: Ley de Aguas de Puebla, que no es otra cosa que la privatización de la distribución y control del líquido vital, incluyendo el SOAPAP que dejó millonarias ganancias.
Ley de Asociaciones Público Privadas, que contempla, entre otras obras, el Museo Internacional Barroco, construido bajo el rubro de Asociación Público Privada (APP) y forma parte de la deuda de 44 mil millones detectada hasta ahora.
Ley para proteger los Derechos Humanos y regular el Uso Legítimo de la fuerza pública, mejor conocida como la “Ley Bala”, que costó la vida del niño José Luis Tlehuatle, originario de Chalchihuapan.
Y sabe usted quien fue uno de principales operadores: Mario Riestra Piña, el mismo que ahora reniega de Rafael Moreno Valle, acusándolo de haber ejercido un gobierno dictador, de culto a la personalidad y pragmático.
Tan cínico resultó Riestra Piña, que cita en sendas entrevistas y esparce sus dichos de que nunca trabajó bajo las órdenes de Moreno Valle. De hecho, refiere, “llegamos por separado al gobierno en 2011, él de Gobernador y yo de Diputado”.
Deja en claro que pertenece a la fauna que muerde la mano que le dio de comer, pero además malagradecido y traidor, porque siendo un ignorante de la política y del servicio público, ocupó cargos importantes, al grado de pelear por una curul en el Senado, la Presidencia Municipal de Puebla y la gubernatura del Estado.
Un Buitre que quería alimentarse con caviar.
¡Patético!
¡Un caso patológico, sin duda!
Acumuló méritos por el simple hecho de haber sido hijo de Mario Riestra Venegas, quien hizo su fortuna durante los gobiernos del PRI, específicamente estando al lado de Mariano Piña Olaya, Manuel Bartlett y Melquiades Morales Flores, renegando de todo esto y entregándose finalmente a Moreno Valle, de quien recibió un homenaje póstumo en el Congreso del Estado en julio de 2011 y se hizo cargo de sus hijos, Mario, Susana y Rodrigo.
Mire usted: Hablar de la familia Riestra Piña es patético en su estancia en el servicio público. Mario, despachó como Secretario General del Ayuntamiento de Puebla. Era prácticamente “Delegado” del Gobernador Moreno Valle. Llegó allá luego de salir del Congreso del Estado, donde hizo un papel oprobioso siendo Presidente y el que repartía el queso entre los panistas. Fue un muñeco diseñado por Rafael, pues llegó sin experiencia de nada.
Su esposa, Patricia Vázquez del Mercado Herrera, fue titular de la SEP, pero antes fue Subsecretaría y, al igual que su marido, no tenía ninguna experiencia ni en educación ni en nada.
Su hermana Susana, fue legisladora local sin saber con qué se comía eso. Los cargos alcanzaron para su cuñado, quien ocupó la jefatura de un Fideicomiso que, como el SOAPAP, fue una “caja chica” de su familia y el gobierno.
Su hermano Rodrigo, figuró en la Secretaría de Desarrollo Rural, Sustentabilidad y Ordenamiento Territorial, con la misma historia de ser un perfecto desconocido y sin aptitudes. Para colmo, su mamá, Susana Piña, también estuvo dentro del organigrama de la administración, con un cargo de publirrelacionista.
La memoria es corta, pero no de todos.
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