Hoy, se cumple un año de la fatídica navidad de Rafael Moreno Valle y Martha Erika Alonso Hidalgo.
¿Qué pasó?
¿Qué fuerzas se cruzaron en su elevado camino?
¿Intervino la justicia divina?
Seguramente el Partido Acción Nacional buscará, nuevamente, presionar y lucrar con la tragedia, exigiendo el resultado de la investigación que, a estas alturas, depende de las empresas europeas encargadas y no del gobierno mexicano.
El chantaje para negociar nubla los sentidos del PAN.
Detallar información al respecto no es a capricho del panismo en pleno ni de los impresentables Marko Cortés, Javier Lozano Alarcón, Vicente Fox Quezada, Felipe Calderón Hinojosa, Gustavo de Hoyos Walther ni de los Gobernadores panistas. Mejor harían en agachar la cabeza y arriar su lustrosa bandera de la corrupción e impunidad que los mantiene enganchados en una investigación profunda.
Los citados están en el ojo del huracán.
No pueden eludir que uno de sus protectores es Genaro García Luna, el hombre que es juzgado en Estados Unidos y cuyas revelaciones pondrán a muchos en grave predicamento.
Tampoco están en una posición cómoda que les permita realizar señalamientos temerarios por aquel 24 de diciembre de 2018, que tuvo como escenario los terrenos de siembra de Coronango. Creo que es al revés: Con nada limpian el gobierno infame de Rafael Moreno Valle y sus cómplices, entre ellos Antonio Gali Fayad, arrastrando en la desgracia a Martha Erika Alonso.
Si tuvieran tantita vergüenza, callarían, incluidos Genoveva Huerta, Francisco Fraile, Luis Banck, Jorge Aguilar Chedraui, Gerardo Islas Maldonado y sus refuerzos José Juan Espinosa, Héctor Alonso Granados; así como uno que otro Senador y algunos despistados funcionarios que fingen amor por el morenismo. El hecho de abrir la boca incomoda a la propia familia de los esposos fallecidos.
No encuentran otras formas de combatir al Gobierno de la Cuarta Transformación.
Les enferma ver avanzar al Presidente Andrés Manuel López Obrador y al Gobernador de Puebla Miguel Barbosa.
No digieren todavía la derrota electoral que los priva de canonjías oscuras y del presupuesto oficial al que estaban acostumbrados.
El té de tila o una cervecita es bueno en estos casos, aunque no los salva de su irresponsabilidad con la que se han conducido durante muchos años y por la que tendrán que rendir cuentas tarde o temprano.
¡Feliz Navidad 2019!
directorabcd_reflexiones@yahoo.com.mx