Cada acción del Gobierno de Miguel Barbosa es cuestionada por sus enemigos políticos.
Nada les acomoda.
Es parte de la estrategia para desprestigiarlo, desprestigiar a su Partido y ganar terreno rumbo a la elección de 2021 que empezará a prepararse desde el próximo año.
Es lo mismo que se hace a nivel nacional con el Presidente Andrés Manuel López Obrador.
Lo sucedido con el Alcalde de Tehuacán Felipe Patjane, es una prueba de lo expuesto, a pesar de que hay evidencias del desfalco millonario a las finanzas del ayuntamiento.
Flaquear a estas alturas en la lucha contra la corrupción e impunidad, sería un error, pero hay que ir con tiento, pisando con cuidado, aplicando la ley sin venganzas o distingos ideológicos. Esto, por sí solo, dará resultados positivos, a pesar de la dificultad que representa tocar fuertes intereses.
De concretarse la revocación de la concesión del agua, se convertirá en un hitazo para la administración de Barbosa, porque acabará con un contrato leonino, con el abuso en el cobro de tarifas, venta de medidores y taponeo de drenaje y alcantarillado y dejará el descubierto la manipulación multimillonaria de la empresa en complicidad con el SOAPAP.
La ciudadanía levantaría la voz en señal de aprobación y los bonos barbosistas crecerían en automático. Resultados concretos es lo que espera el pueblo.
El hecho de que Rafael Moreno Valle haya privatizado el servicio de distribución y venta del agua potable, mancillando la autoridad municipal y el Poder Legislativo, no indica que deba hacer lo mismo Miguel Barbosa. Por el contrario, si se ajusta a los cauces legales, dará una demostración de competencia y respeto.
Primero fue Aguas de México, luego Aguas de Puebla y terminó como Concesiones Integrales, un desbarajuste que logró por imponerse a las miles de quejas en el servicio y cobro abusivo. La protección morenovallista, que se alargó con Antonio Gali Fayad, se acabó. Y de esto sabe mucho la señora Gabriela Rosas, madre de Rafael Moreno Valle, quien administró el SOAPAP como quiso. De decía que el organismo era la caja chica del gobierno de la ignominia que, eso sí, tuvo un enorme logro: Superar las pillerías de Mariano Piña Olaya.
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¿PUES NO QUE ya se había acabado el espionaje de Eukid Castañón?
Por ahí andan apareciendo conversaciones telefónicas que pretenden exhibir al Gobierno del Estado.
¿Quién mece la cuna?
Dicen que el enemigo está afuera, pero también hay cuñas incrustadas en las propias entrañas del morenismo.