Lo que queda del morenovallismo y galicismo, busca pasar desapercibido.
Sus apologistas creen que la mente es tan corta que ya se olvidaron afrentas.
Basta revisar los archivos de periódicos, columnas, redes, programas de radio y televisión, para refrescar la memoria.
Funcionarios, empresarios y legisladores al servicio de esas administraciones, hicieron escarnio de los que consideraron sus enemigos.
Ya se olvidaron de su defensa encendida; ahora, hasta se atreven a criticarlos y vierten buenos comentarios para el Gobernador Miguel Barbosa, buscando infiltrarlo en pos de beneficios.
Por supuesto que existen los que se han mantenido en su línea de golpeteo, formando parte del ejército embozado listo al asalto político aprovechando la mínima coyuntura.
No sé si moralmente están derrotados, cuando son fanáticos de la inmoralidad. Lo que sí sé es que políticamente están disminuidos, pero no acabados.
Las afrentas se deben lavar con justicia.
En Puebla existen muchos casos.
A nivel nacional, también.
Hay uno que está en el umbral del escándalo, Javier Lozano Alarcón, apodado el “Trompudo”, quien no solamente tuvo que ver con la liquidación tenebrosa en Luz y Fuerza y en Mexicana de Aviación, sino que está a punto de aparecer, (junto con el entonces Procurador General de la República, Jesús Medina Mora), en la demanda del chino Zhenli Ye Gon, por la presunta desaparición de 70 millones de dólares en 2007, cuando al oriental le fueron incautados en su casa de Lomas de Chapultepec 275 y no 205 millones de dólares como se hizo público, siendo acusado por los delitos de delincuencia organizada y operaciones con recursos de procedencia ilícita, lo que siempre ha negado, declarándose inocente.
En Estados Unidos nada se le pudo comprobar y fue deportado a México, donde no ha querido proporcionar nombres ligados al manejo de esa cantidad que supuestamente le fue obligada a guardar para un entramado político de sabotaje relacionado con la campaña de 2006, en caso de que el panista Felipe Calderón Hinojosa perdiera la elección.
Sin embargo, siempre apareció el nombre de Javier Lozano, quien habría amenazado a Ye Gon con la famosa frase: “Copelas o cuello”.
El empresario chino tendría que demostrar la posesión de bienes y dinero que reclama, en caso de presentar la demanda que el mismo gobierno federal le ha recomendado para proceder en consecuencia.
Lozano Alarcón, morenovallista ferviente, se quedó sin amigos visibles en Puebla. Bueno, es parte de la ingratitud, pero los puede encontrar en México, uno de ellos, Ricardo Henaine Mezher, con quien selló compromisos a espaldas de Rafael, luego de haberse distanciado en los tres primeros años de su administración.
Es el mismo Henaine que evade el pago de impuestos; el que gusta no cumplir con la palabra empeñada; el que acumula más demandas laborales; el que considera a Puebla como una “ciudad de mierda y de chismosos”.
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POR CIERTO, hablando del todavía propietario de El Heraldo de Puebla que gusta usar prestanombres. ¿Cómo es que llegó a estrechar amistad con el empresario tramposo Mario Mendivil, reforzándola con la de Carlos Hank Rhon?
La respuesta es la liga de complicidades, una de ellas la compra-venta de Lobos de la BUAP.
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PRUEBA DE FUEGO para el Gobierno de Miguel Barbosa fue destrabar la retención de 14 policías en Cañada Morelos que habían aprehendido a tres personas ligadas con la delincuencia y a 17 más que intervinieron en su ilegal protección.
Con el apoyo del Ejército, la Guardia Nacional, las Fiscalías General de la República y del Estado de Puebla, así como el diálogo directo de la Secretaría de Gobernación, los policías fueron soltados sin necesidad de negociar la aplicación de la ley ni de violentar los derechos humanos.
directorabcd_reflexiones@yahoo.com.mx