FUEGO CRUZADO Y LA TOMA DE DECISIONES
No hace muchos ayeres, estando de visita en el bello puerto de Veracruz, paseaba con mi familia en una atestada Plaza América de Boca del Río. Era mediodía. De momento se escucharon disparos y la gente empezó a correr por todos lados. Vimos la persecución de policías ministeriales a narcotraficantes que había iniciado a unos cuantos kilómetros de la carretera que entronca con Xalapa.
Los delincuentes lograron llegar a Chedraui que se conecta con Plaza américa. Seis de ellos escaparon y cuatro intercambiaron plomo. Cientos de personas no dábamos crédito a lo que pasaba; muchas, petrificadas por el susto; otras, llorando; muchas más, entre ellas mi familia y yo, tiradas en un probador de ropa de Liverpool. Los comercios se volvieron trincheras y rincón de histeria.
Los ministeriales recibieron la orden de dejar ir a los criminales, no sin antes matar a uno, mientras tres civiles también perdían la vida.
La decisión fue al instante, puesto que la gente era utilizada como escudo, esa misma gente que gritando imploraba alto al fuego y que dejaran ir a los perseguidos para que no murieran inocentes. Así se hizo y la autoridad recibió el reconocimiento por salvaguardar la integridad de ciudadanos. Lo consignó la prensa al otro día.
UNA MÁS que me tocó fue el enfrentamiento en Puebla entre policías judiciales encabezados por Adolfo Karam Beltrán y guardaespaldas de Arturo Beltrán Leyva, que inició al toparse de frente en la colonia La Libertad. Allí hubo un muerto y dos personas que sirvieron de rehenes fueron liberadas.
La persecución siguió hasta Momoxpan, justo enfrente de la colonia “Rafael Ávila Camacho”, conocida como Manantiales, donde Beltrán Leyva había vivido por varios años pasando desapercibido.
Eran las dos de la tarde. Yo, iba llegando en ese preciso momento al periódico ABC; me tocó ver parte de la balacera y la huida de Beltrán Leyva por un camino que daba atrás de su vivienda. Controlando el pánico pude acercarme a Karam para evitar que los judiciales dispararan a gente que nada tenía que ver ni se introdujeran en casas contiguas al del famoso capo que podían ser confundidas, entre ellas la de mi madre Isaura Muñoz, a quien encontré hincada debajo de la mesa de la cocina junto con mi hermano. “Querían tirar la puerta a culatazos y amenazaban con disparar”, me dijeron angustiados cuando llegó la calma.
Viven Mario Marín y Karam. Puede atestiguar.
Beltran Leyva escapó a Cuernavaca y todos sabemos lo que pasó días después.
En ambas situaciones hubo la orden de parar el fuego. En ninguna se crucificó a los Gobernadores por su decisión, uno de ellos, el de Puebla, Mario Marín Torres, quien creyó pertinente investigar con el Ejército y la policía estatal, mandando a montar un retén que duró ocho meses.
Fui testigo presencial por coincidencias de la vida y me alcanza para recordarlo, aunque en su momento lo escribí en las páginas de ABC.
Ahora que el Presidente Andrés Manuel López Obrador convalidó la decisión de su Gabinete de Seguridad de que la Guardia Nacional bajara las armas en Culiacán, Sinaloa, dejando ir a Ovidio Guzmán, hijo del Chapo, la polémica se desató, azuzada por sus detractores que califican de fallido a su gobierno y de haber planeado torpemente la estrategia y procedimientos en el operativo de la detención.
Desde mi punto de vista personal, cuando he estado entre fuego cruzado con el miedo a cuestas y viendo la reacción de terror de cientos de personas, creo que fue acertado eludir la confrontación que hubiera formado un río con sangre de inocentes.
En estos momentos, López Obrador, estaría siendo juzgado por criminal e irresponsable.
Sus enemigos siempre buscarán el error, nunca reconocerán un acierto.
El fuego cruzado no sólo es de la inseguridad que se vive desde hace tres sexenios y se ha recrudecido en la mayoría de Estados del país, sino también de la revancha política de los grupos que ven amenazados sus intereses con la Cuarta Transformación.
Por eso los ataques sistemáticos a López Obrador; en Puebla a Miguel Barbosa y en general a Gobernadores, Senadores, Diputados y Alcaldes de MORENA.
La guerra también es política.
directorabcd_reflexiones@yahoo.com.mx