El asilo a Evo Morales es legítimo y legal en sentido humanitario y político.
La decisión del Presidente Andrés Manuel López Obrador indignó a Estados Unidos y a los propios bolivianos.
Pocos recuerdan que Donald Trump brindó asilo a Melania Knavs y su familia, de origen eslovenio, porque así lo requerían sus intereses.
Precisamente, Melania, hoy es su esposa.
Olvidan también que Estados Unidos hizo lo propio en los años 30 con la dinastía Born, involucrada en la barbarie antisemita, pero como estaba compuesta por científicos prominentes en las leyes de la física, los atrajo para combatir al que fue su dios Adolfo Hitler.
Albert Einstein, el genio alemán que descubrió la teoría de la relatividad y considerado uno de los padres de la bomba atómica, recibió la hospitalidad norteamericana.
Hoy, Trump, parece que sólo brinda asilo a mentes destacadas, aquellas que tengan en su poder el “pasaporte Einstein”, que le puedan servir a los intereses del imperio del norte. Los demás, son parias.
Y los bolivianos hubieran preferido ver encarcelado a Evo Morales o asesinado, antes que ser rescatado. Es el mismo Evo que alabaron hasta la saciedad, aunque la pérdida de popularidad y la manipulación de la Constitución de su país a su antojo, le han impedido una tercera reelección, lo que indudablemente es significativo en la verdadera democracia, no obstante que el golpe de Estado sea un método reprobable.