Los casos son diferentes, pero la corrupción es la misma.
El de Emilio Lozoya Austin alcanzará límites no imaginados en la política mexicana.
No tanto el de Mario Mendívil Blanco, pero sí dejará al descubierto la impunidad con que se ha enriquecido y agudizará la crisis en la Federación Mexicana de fútbol, donde su Presidente Enrique Bonilla es un pillo que seguirá acumulando denuncias en su contra.
Mendívil, ya perdió ante la BUAP la segunda instancia del juicio que demostrará la venta fraudulenta de Lobos a Ciudad Juárez. Y SE LE VIENE LA TEMPESTAD ENCIMA.
Quien haya dicho que el Gobernador de Puebla, Miguel Barbosa Huerta metería las manos por Mendívil, lo dijo de mala fe, porque el mandatario no se atrevería a interceder por un delincuente semejante a tantos que se han enriquecido a base del engaño y argucias legaloides.
No es casualidad que Javier Coello Trejo haya abandonado la defensa de Lozoya y CASI también la de Mendívil, pues ya no se presentó a la última audiencia. Y conste que estamos hablando de un Abogado que hace 40 años (DURANTE EL GOBIERNO DE JOSÉ LÓPEZ PORTILLO) fue calificado como el “Fiscal de Hierro” por haber encarcelado a más de 1,200 funcionarios en su papel de Fiscal Anticorrupción, saltando de repente hacia el otro lado para defender a personas acusadas por la autoridad, cuando antes él fue el acusador.
Al chiapaneco Le gustó más su nuevo papel protagónico defendiendo casos oscuros, sirviendo desde 1988 al Presidente Carlos Salinas de Gortari en la entonces tenebrosa PGR.
Ha representado a la empresaria María Asunción Aramburuzabala; al fallecido ex dueño de las Chivas de Guadalajara, Jorge Vergara; a la ex Directora del Colegio Rébsamen, Mónica García, ahora presa; a Eduardo Moreno Laparade, sobrino de Mario Moreno “Cantinflas”; a Emilio Lozoya Austin, dejando el caso por supuestos desacuerdos y ahora a Mario Mendívil Blanco, el defraudador de la BUAP que le quiso voltear la tortilla, infructuosamente, al Rector Alfonso Esparza Ortiz.
Coello Trejo, a mediados de 2019, negó cualquier tipo de fraude de parte de Mendívil y su empresa Garden Teas, quien habría depositado 120 millones de pesos para mantener a Lobos en primera división, acordando asumir el control del equipo, hecho que por ningún motivo le permitía legalmente apropiarse de la franquicia ni del nombre y mucho menos a venderla sin autorización de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.
LA VENTA DE LA FRANQUICIA sería anulada, así como todos los actos en que ha incurrido Mendívil y su caro Abogado, considerando el al curso legal que declara que la BUAP ha ganado la segunda instancia en contra del empresario. La administración de Teas Garden es una vileza.
¿Con que autoridad vendió al equipo y cedió los derechos de televisión, transformando a Lobos en F.C. Juárez?
¿En cuánto se tasó el aval de la FEMEXFUT que preside Enrique Bonilla, el hombre que también solapó a Billy Álvarez en Cruz Azul y que ha negociado el impedimento de dejar ascender a oncenas que han ganado legítimamente ese derecho?
Los dueños de Juárez no han pagado el 50 por ciento de la venta, seguramente porque ya fueron notificados y no quieren cometer el error de caer en un nuevo engaño de Mario Mendívil, quien después de que se dé el fallo final irrevocable, tendrá que despepitar el acuerdo con Bonilla para aceptar la venta y cuánto recibió de los propietarios de Juárez, porque la franquicia en primera división, a estas alturas, con todo y la crisis provocada por la pandemia, cuesta 30 millones de dólares.
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