El tema es antiquísimo, no privativo de Enrique Peña Nieto.
¿De qué se espantan?
En Puebla, lo más reciente que provocó escándalo contenido en la mayoría de medios de comunicación locales comprados y amenazados por Rafael Moreno Valle Rosas, fue el aparato de espionaje Remote Control System, Software de la empresa italiana Hacking Team, con un costo de 160 millones de pesos, instalado primeramente en el Centro de Análisis Prospectivo, creado en 2011 por el Secretario de Gobernación y cuñado del gobernante panista, Fernando Manzanilla Prieto, quien al ser relevado en 2013, el encargo de espiar recayó en Eukid Castañón Herrera, actualmente distinguido reo del penal de Tepexi de Rodríguez.
Un cateo a las propiedades de Eukid logró la localización del sofisticado equipo, de acuerdo a información extraoficial.
Entonces el morenovallismo tenía controlada a la mayoría de la prensa, la misma que hoy, como ironías de la vida, canta loas a Miguel Barbosa Huerta. Solamente un puñado de Periodistas poblanos, los llamados incómodos, dimos cuenta de la estrategia burda, sumándose contados medios nacionales, incluyendo al internacional The New York Times.
Parece cuento que los socios en negocios en obras hechas con dinero de las arcas públicas federales, Enrique Peña Nieto y Rafael Moreno Valle Rosas, se espiaban mutuamente, pero las ganancias mutuas les hicieron “respetarse”, filtrando lo que les convenía. Rafita, nunca fue tocado, a diferencias de los Gobernadores priistas encarcelados y otros que andan a salto de mata. La cacería fue y sigue contra panistas; morenistas; perredistas; funcionarios de todos los niveles; Rectores; Periodistas; también fueron monitoreados no sólo por el Software de Hacking Team, sino también por Pegasus del peñismo que invirtió 32 millones de dólares en la operación “Matta Hari”.
Andrés Manuel López Obrador y Miguel Barbosa, entre cientos de políticos sufrieron las consecuencias de la infiltración.
Los Periodistas que callaron, ahora se muestran valientes cuando Moreno Valle y su esposa Martha Erika han muerto. En esos días de jauja morenovallista, esos mismos que no se atrevían a lanzar críticas, sí eran capaces de retratarse con ellos, levantarles la mano en son de triunfo y recibir pagos por sus servicios de lacayos.
El Imperio Romano con César a la cabeza, utilizaba el arma del espionaje con la intriga palaciega, como lo haría durante la Revolución Francesa el Abogado, Escritor, Diputado y político, Maximiliano Roberspierre, “El Incorruptible” líder de los jacobinos.
En la Segunda Guerra Mundial, los aliados y el eje se espiaban para interceptar su correspondencia por cable, echando mano los Estados Unidos de los indios navajos; la guerra fría, Rusia-EU, utilizó la manobra; Fidel Castro y Cuba, sufrieron la persecución norteamericana; Richard Nixon, supo de los estragos con el Watergate, siendo el único Presidente de Estados Unidos que ha renunciado, no sin antes haberse dado el gusto de apoyar el golpe de Estado en Chile que encumbró a Pinochet, llevando a la muerte a Salvador Allende.
Más atrás, Alejandro Magno atajando correos a caballo.
En la Revolución Mexicana, la traición fue parte del espionaje, sin faltar la intervención de telegramas y el telégrafo.
Antes de Jesucristo, en el Siglo V, Tsu Wu, mejor conocido con el título honorífico de Sun Tzu (Maestro Sun), decía en su Tratado “El Arte de la Guerra” que, aquel que tenga espías bajo su mando, hará grandes cosas. La filosofía del General chino es aplicada de manera sofisticada, con resultados que siguen generando terror con aroma ancestral.
Los casos se pueden contar por miles a través de la historia, con las consecuencias más variadas e inverosímiles.
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