Alberto Jiménez Merino
Secretario Ejecutivo del Consejo Técnico
Nacional Consultivo de la CNC
Esta semana Puebla cuenta con 260 hectáreas de praderas mejoradas en 32 municipios de la Mixteca que ayudarán a resolver la falta de alimentos para el ganado, el principal problema de los productores pecuarios en México.
Otras 20 hectáreas se sembraron en Oaxaca, Guerrero, Morelos y Estado de México.
Este logro de los poblanos ha sido posible gracias al esfuerzo directo y recursos de los productores, en algunos casos, apoyados por sus presidentes municipales ante la ausencia de apoyos a la ganadería por parte del Gobierno Federal y Estatal.
No es el único proyecto. Solo es el más reciente. Otros ahí siguen creciendo como el Agave Mezcalero, el Bambú, los Invernaderos, la acuacultura, la pitahaya, la agroindustria, el pasto llanero y más de 200 innovaciones que promovimos junto a los poblanos desde el año 1994. Elegí la técnica como vía para hacer política de servicio.
Después de mi participación en la elección extraordinaria 2019 para gobernador de Puebla representando al PRI, retomé proyectos de una iniciativa abrazada desde 1991: impulsar el Desarrollo Regional de las Mixtecas, en razón de mi origen y compromiso social con mis paisanos. Lamentablemente el desarrollo regional no ha sido parte de las políticas públicas nacionales y estatales desde hace ya un buen rato.
Como a muchos me gusta la política. La política que realmente une, que escucha, que atiende las necesidades de la gente. La política leal, íntegra, honesta que es equitativa. La que permite buscar responsabilidades antes que cargos públicos. La política que privilegia el interés superior sobre el interés o beneficio personal.
Y en mi caminar, también he tenido ofrecimientos económicos y promesas de un futuro deslumbrante solo para no apoyar a mis correligionarios. Por supuesto, siempre los rechacé, con sus debidas consecuencias.
Y mis compañeros y compañeras siempre tuvieron mi apoyo, escaso posiblemente por mis limitaciones naturales, pero siempre total. Y se los manifesté, incluso renunciando a cargos públicos, en vano. Y en algunos casos ni siquiera estaba de acuerdo con las designaciones. Pero había que cumplir la palabra, no por quedar bien con alguien, si no para quedar bien conmigo. La palabra tiene un gran valor y el valor es la fuente del honor.
Nos hemos enterado esta semana que han renunciado al PRI varios compañeros que respeto. Y también respeto su decisión, reconozco su aporte al partido, la paciencia y la institucionalidad tienen límites.
En la renovación partidaria del Comité Directivo Estatal (CDE) de Puebla, el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) no pudo escuchar a todos; la pandemia, el tiempo, la agenda. Da la impresión que solo se escucharon a muy pocos. Pero no a los que hicimos posible que el PRI obtuviera19 puntos cuando todos auguraban menos de 6. Da la impresión de querer privilegiar unidad sin reconocer actuares recientes, méritos y lealtades institucionales. Queda la sensación de mandar mensajes equivocados a los jóvenes sobre los méritos políticos.
Si no se corrige el rumbo, si no hay equilibrios y unidad verdadera, el panorama se ve muy complicado.
Servir a la sociedad, atender las causas y necesidades de la gente solo se puede hacer escuchando y viviendo su realidad. Hay preocupación y temor por la salud ante esta pandemia, las empresas y las familias están descapitalizadas, se han perdido muchos empleos, las carreteras están destrozadas, como la de Tlancualpican a Chietla que recorrí ayer, y hay afectaciones meteorológicas emergentes como en Tepatlán por las lluvias torrenciales.
Lo más valioso de la política es el servicio a los demás como estrategia para resolver los grandes problemas de los territorios. Muy lamentable es ver que hay quienes la usan para confrontar interna y externamente o para tomar venganza contra antecesores, para pensar como perpetuarse en el poder olvidando sus responsabilidades y funciones.
Militancia partidaria es Lealtad y Compromiso de Servicio a la Sociedad. Siempre trabajando por Puebla y por México.