“La persistencia abre caminos”.
Abel Pérez Rojas.
Es difícil apropiarnos de nuestro porvenir si sólo nos empeñamos en adivinarlo como un mero ejercicio especulativo, esto nos aleja de la acción y de la capacidad que tenemos para transformar la realidad; sin poner manos a la obra y descuidando nuestro presente, nos privamos de la experiencia de aprendizaje por la cual podemos constatar que, entre otras cosas y situaciones, la persistencia abre caminos.
Pienso lo anterior ahora que tengo en mis manos, y en mi pantalla, el número seis de Filigramma (disponible gratuitamente aquí bit.ly/34KpGbl): la revista literaria del Círculo de Escritores Sabersinfin (CES).
Cada número de Filigramma ha implicado vencer ciertos obstáculos, no decaer en el esfuerzo, y pese a la adversidad, continuar con el cometido de poner al alcance de los lectores parte de lo que están generando los integrantes del CES.
En estos primeros seis números hemos ido de la idea original de generar una publicación rústica y básica a una revista literaria de corte internacional.
Los aprendizajes han estado en el trayecto, en hacer el camino que se ha cimentado en la autogestión y la independencia.
Como en cualquier aspecto de la vida, si hubiéramos decaído y abandonado nuestro proyecto inicial, hoy día no sólo no tendríamos lo que ahora hemos conseguido, sino que nos hubiéramos privado de ver que la persistencia abre caminos.
¿A qué me refiero?
A que la insistencia y la firmeza en el empeño permiten encontrar soluciones que no necesariamente radican en el conocimiento, sino en la actitud que adoptamos.
La actitud frente a la adversidad da pie a establecer acuerdos, estrategias colaterales, soluciones alternativas, situaciones que pueden identificarse con el pensamiento lateral.
La persistencia provoca, por ejemplo, que a base de investigar, hallemos cómo otros han resuelto esa situación que no nos permite avanzar.
Gracias a la persistencia se provocan serendipias que han cambiado futuros que parecían fatídicos e ineludibles.
La persistencia es eso que no está a primera vista, pero que mueve a trabajar mientras otros descansan, cumpliendo con ello esa frase atribuida a Pablo Picasso:
“Cuando llegue la inspiración, que me encuentre trabajando”.
Persistir es caer y levantarse, es mirar a través de la torrencial tormenta y saber que eso no durará para siempre.
Gracias a la persistencia, Filigramma sigue su marcha, no obstante los días aciagos del Covid-19 y las funestas consecuencias que ha traído consigo el impredecible virus.
En Filigramma 6 nuevamente vamos a encontrar a plumas que han estado presentes ininterrumpidamente desde el primer número.
Ahora, en esta edición, hemos incorporado a dos creativos no integrantes del CES, pero que han permanecido muy de cerca dando seguimiento a la labor literaria de quienes sí lo son.
Aunado a lo anterior, se incorpora uno de nuestros compañeros que siempre ha estado con nosotros, pero por compromisos personales se había ausentado.
En el número seis de Filigramma, participan: Leticia Díaz Gama, Olivia Sesma Rascón, Alicia Flores Ramírez, Lilia Rivera, Armando Bañuelos Romero, Macedonio Vidal, Nicholas Gutiérrez Pulido, Juan Carlos Martínez Parra, Sarahí Jarquín Ortega, Verónica Yamell Mendoza, José del Rosario Sánchez Franco, Elizabeth Damián Espinosa y Enrique Canchola Martínez.
El escritor invitado de esta edición es el maestro Francisco Javier Estrada, quien es presidente de Casas del Poeta A.C., ha escrito más de cuatro mil artículos para revistas y periódicos, y cuenta con más de ciento veinte títulos en ensayo, cuento, poesía y antologías.
La artista plástica invitada es la maestra María de los Ángeles Cruz de Anger (D’Los), quien además de ser artista es abogada y empresaria, y cuenta con amplio currículum en el arte y la gestión cultural.
Filigramma número seis es producto del talento de cada uno de los participantes, pero nada de eso sería posible si no estuviera como trasfondo la persistencia de quienes han creído en el proyecto.
Indiscutiblemente la persistencia forma parte importante de una filosofía de vida estoica, y también, de una actitud de educación permanente, porque la persistencia abre caminos hacia adentro de nosotros mismos y hacia afuera, con los otros.
Nos vemos en mi próxima entrega. Hasta entonces.