No es de apenas que los intereses de la extrema derecha se han volcado para confrontar a Andrés Manuel López Obrador, arreciando desde que ganó la elección en 2018, confabulándose con algunos medios de comunicación de prensa escrita, digital, radiofónica y varios programas televisivos que añoran los tiempos de la abundancia ligada al despilfarro y la corrupción que saborearon sin recato.
La trama siniestra se ha extendido para provocar la caída del Presidente y de los gobiernos estatales que encabeza MORENA.
Labor de zapa es la consigna.
Puebla, no es la excepción con Miguel Barbosa Huerta, quien está consciente de la conspiración que ni siquiera se oculta; por el contrario, es evidente el envío de mensajes, twitts, notas, columnas atacando a su administración, sin faltar las informaciones rojas con que se tapizan los periódicos y las redes sociales, intentando denotar que se vive en un infierno, minimizando todo acierto en políticas públicas.
Aunado a esto, se sabe que han sido contratadas organizaciones, grupos de choque y expertos en redes en la propagación del caos, noticias falsas, chismes y tergiversación de la realidad. Un ejemplo es la difusión del nuevo canje de placas, asegurando que llevaría el apellido BARBOSA en la parte baja de la lámina, intentando levantar la indignación ciudadana, fracasando porque la “Fake News” fue desmentida oficialmente.
Lo que hacen los conspiradores nunca se atrevieron a ejercitarlo durante los gobiernos de Rafael Moreno Valle y Antonio Gali Fayad, ya sea porque recibían privilegios superiores a su conocimiento y capacidad o porque eran amenazados, acobardándose visiblemente. Muchos medios de comunicación sucumbieron al encanto del morenovallismo y su alianza partidista que lideró el PAN.
Otros se rindieron por miedo.
Supieron de sus abusos y excesos y callaron.
Hoy, muertos los esposos Moreno Valle, vierten críticas hipócritas para enseñar que son valientes, justos y que nunca estuvieron de acuerdo con sus procedimientos. Pero, además, acusan falsamente que el barbosismo, que apenas lleva 5 meses de gestión, ha rebasado la megalomanía, mitomanía y corrupción del morenovallismo.
Pocos fueron los Directores que se negaron a ser denigrados por el morenovallismo y su grupo de élite.
Ahí están los archivos; las hemerotecas.
Quien esto escribe era considerado como el enemigo número uno de Rafael Moreno Valle Rosas.
Algunos de mis compañeros de profesión me lo decían en plan de sorna; les quemaba que el gobierno supiera que había conmigo una relación de “amistad”. Lo mismo sucedió en el enfrentamiento, años atrás, con Mariano Piña Olaya.
¡Ah, la solidaridad gremial!
Lo gracioso es que ahora aborrecen al gobierno porque es de Miguel Barbosa, no de Rafael ni de Tony Gali ni de Martha Erika Alonso.
Sus baterías están enfocadas en destacar asaltos, delincuencia de todo tipo, feminicidios, manifestaciones, descontentos, desprestigiar cualquier logro y hasta denostar la vida privada del mandatario.
Antaño, era difícil encontrar un encabezado principal dedicado a la nota policíaca. Ahora, es una acción común delineada a exhibir la supuesta deficiencia en Seguridad Pública, con la consigna de enardecer a la sociedad.
No falta la provocación a la autoridad de manera premeditada acusándola de autoritaria y represora; la deslegitimación del gobierno barbosista; las mofas personales al Ejecutivo y la difusión de información dirigida a crear malestar, confusión y desesperanza.
¿Por qué nunca lo hicieron con Moreno Valle ni Gali Fayad?
Ya lo hemos citado.
Es la insurrección en aras del poder.
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