¿Ilegal? De entrada, no se percibe así.
¿Inmoral? Tal vez, dependiendo de la óptica desde la que se mire.
Lo que para unos es bueno, para otros es inaceptable.
A eso se le llama relativismo axiológico.
¿Políticamente correcto? Definitivamente no lo es.
Me explico. El Poder Judicial del Estado ha anunciado, con bombo y platillo, la celebración de la tercera edición de la Carrera del Día del Abogado, que tendrá verificativo el 13 de julio, partiendo del Parque del Arte en la zona de Angelópolis.
Cada participante recibirá un kit con playera conmemorativa, además de garantizarse una hidratación adecuada durante el trayecto —de cinco o diez kilómetros— que comprenderá el evento. Se espera la asistencia de más de mil personas.
No discutiremos en este espacio si el presupuesto del Poder Judicial estatal, en lugar de destinarse a organizar este tipo de eventos, no debería emplearse en mejorar las condiciones de los juzgados, donde falta personal, papelería y donde algunos —como el de Tepexi— literalmente se están cayendo a pedazos.
Tampoco discutiremos por qué la Judicatura organiza un evento deportivo que no es de su competencia, más aún cuando en Puebla existe una Secretaría del Deporte y de la Juventud, encabezada por Gaby “La Bonita” Sánchez, ejemplo de perseverancia, campeona mundial de boxeo y funcionaria pública destacada, parte del gran equipo de trabajo de nuestro gobernador Alejandro Armenta.
Pero bueno, dejando atrás esos dos puntos que podrían parecer controversiales, es menester señalar que dicho evento cuenta con el patrocinio de diversas universidades y empresas. Entre todas, destaca el “Grupo Salinas”, propiedad del evasor fiscal Ricardo Salinas Pliego.
Este personaje adeuda al erario público cerca de 63 mil millones de pesos por concepto de impuestos. Sesudos analistas han señalado que esa cifra equivale al presupuesto anual de dieciocho entidades federativas.
¿Se imaginan cuántas escuelas, hospitales, caminos y programas sociales podrían financiarse con ese recurso en favor del pueblo?
Y sin embargo, ese mismo magnate —cuyo imperio fue consolidado con un multimillonario préstamo otorgado por Raúl Salinas de Gortari— se ha declarado enemigo de la Cuarta Transformación y opositor abierto de nuestra presidenta Claudia Sheinbaum.
Baste recordar la campaña furibunda que encabezó contra la inédita elección judicial del pasado 1 de junio.
Los conductores de TV Azteca, como loros amaestrados, repitieron el guion dictado por “el Tío Richie”, descalificando esa jornada democrática que, por cierto, fue todo un éxito.
A través de redes sociales, también impulsó la ofensiva digital #YoVeto para desacreditar el proceso.
Misógino, violentador, retrógrada: no sólo ha ofendido a figuras como Citlalli Hernández o Lenia Batres, sino que se ha manifestado abiertamente contra la presidenta Sheinbaum y el segundo piso de la Cuarta Transformación, que ella encabeza con brillantez.
Y entonces, con todos estos antecedentes, ¿cómo se atreve el Poder Judicial del Estado a aceptar como patrocinador de su carrera al Día del Abogado a uno de los enemigos declarados del régimen actual?
¿No hay quien les asesore?
Puebla es un estado gobernado por Morena, bajo el liderazgo de Alejandro Armenta, quien con visión humanista y bioética social dirige los destinos de la entidad pensando primero en los que menos tienen.
Pero todo parece indicar que la Judicatura local es el último bastión de los conservadores en territorio poblano.
Pobre Poder Judicial… tan lejos de la 4T, y tan cerca del Tío Richie.
¿Hasta cuándo?
Veremos y diremos.
