Contra los pronósticos de sus detractores, el Presidente Andrés Manuel López Obrador llegará fuerte a su primer informe de gobierno con una aceptación del 74 por ciento. Es decir, no solamente ha conservado su popularidad, sino que ha crecido, a pesar de los contrastes que tienen que ver con el crecimiento económico, la pobreza y la inseguridad galopante que preocupa a todos, no solamente a él como Jefe de Estado.
La expectativa que se ha generado sobre lo que será su discurso es grande y tiene que ver sobre su posible ratificación en la conducción de la Cuarta Transformación que ha generado polémica o si anuncia cambios sustanciales en su forma de hacer política.
El domingo próximo es esperado por los grupos de poder, principalmente por aquellos que estarán a la caza de destrozarlo para favorecer el proyecto alternativo de nación que proponen empresarios aglutinados en el Consejo Coordinador Empresarial, el PAN y algunos críticos dolidos que pululan en medios de comunicación, enemigos jurados del Movimiento de Regeneración Nacional.
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CAMBIAR un régimen es complicado, lleno de adversidades.
Los escépticos auguran el fracaso; los optimistas creen que es necesaria una limpia para terminar con la corrupción escandalosa y cínica que ha favorecido a grupúsculos ávidos de dinero e influencias.
Lo mismo está sucediendo con los Gobernadores emanados de MORENA.
Se han hecho intentos por tumbarlos desde antes de ganar la elección constitucional.
En Puebla, el mandatario Miguel Barbosa, no ha escatimado palabras para subrayar que se le fueron encima muchos de los que ahora quieren demostrar que “siempre estuvieron con él”. Hay una frase contundente del Ejecutivo: “Hubo momentos en que me sentí solo”.
El señalamiento directo a líderes universitarios que hicieron lo indecible para que perdiera. Seguramente tiene los nombres que lo atacaron sin miramientos. Ahí están Emilio Baños Ardavín, de la UPAEP; Luis Ernesto Derbez, de la UDLA y el que recientemente se fue de la Ibero, Fernando Fernández Font, Rectores que denostaron a Barbosa porque sus intereses eran enormes en torno a Rafael Moreno Valle Rosas y Antonio Gali Fayad y estaban listos a acomodarse con Martha Erika.
Derbez, incluso, está involucrado en la desaparición del patrimonio millonario de la Fundación Jenkins que fue a parar a paraísos fiscales. Así lo aseguran los que saben.
Y precisamente a todos ellos les pidió apoyo el candidato farsante del PAN, Enrique Cárdenas Sánchez, dándoselo sin miramientos.
Si se habla de grupos que atacaron con furia a Miguel Barbosa, no puede soslayarse a Periodistas que lo lapidaron con notas y columnas, elogiando hasta la saciedad a Rafael Moreno Valle y Tony Gali, justificando obras fraudulentas y el desvío de recursos públicos. Nunca se atrevieron a cuestionar a Rafita, jefe de la pandilla ni a Gali, su secuaz. Que cada quien se ponga el saco que le corresponde.
Tampoco pasan desapercibidos funcionarios de la SEP que ahora tienen que demostrar que no fueron amos de la impunidad; algunos Magistrados grises; los Consejeros electorales, destacando Jacinto Herrera Serrallonga y Fernando Chevalier Ruanova que escuchan las golondrinas.
¿Quiénes son los que se dicen morenistas y juegan las contras desde hace mucho?
Hay mucha tela de donde cortar.
La memoria es corta, pero alcanza.
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ES IMPORTANTE que se aclare lo que pasó con el equipo Lobos de la BUAP.
Hay documentos que demuestran lo que sucedió.
Hay otros involucrados, aparte del empresario tramposo Mario Mendivil.
El Rector Alfonso Ruiz Esparza ha argumentado los hechos y no tiene ninguna intención de confrontarse con el Gobernador Miguel Barbosa; por el contrario, el diálogo es privilegio de la gente pensante, más allá de los amarra-navajas.