De ninguna forma son un día de campo las gestiones de los gobernantes emanados de MORENA, empezando por el Presidente Andrés Manuel López Obrador.
El futurismo mueve a los ambiciosos.
La Presidencia, los Gobiernos estatales, los Ayuntamientos y las Cámaras, son platillos suculentos por los que pagarán lo que sea.
No está exenta la dirigencia de MORENA, por la que ofrecen su alma a seres oscuros a cambio de obtenerla en noviembre próximo.
Se ve la reacción iracunda de los grupos de poder que se sienten afectados por la aplicación de la ley y por el destape de cuentas añejas que se creían enterradas con el paso del tiempo, por haber sido aprobadas en la Cámara legislativa o porque la memoria del pueblo se acortó otro poco.
El Jefe del Ejecutivo federal, enfrenta una dura batalla todos los días.
Es asediado por la prensa que nunca lo ha querido y que él ha denominado fifí, haciendo eco permanente de denuncias e intentando exhibir al país ante los ojos del mundo como una turba de desadaptados que cultivan sangre y muerte para el desayuno, comida y cena de todos los días.
Cambiar un régimen implica una modificación a fondo de las políticas públicas y esto trae consecuencias que se deben enfrentar con resultados a largo plazo.
Lo mismo ocurre en Puebla, donde Miguel Barbosa Huerta es asediado por cámaras “indiscretas” enviadas a capturarlo en sus giras, entrevistas o martes ciudadanos, en situaciones incómodas o inventándole textos lejos de la realidad. Hay reporteros asignados a cubrir exclusivamente lo que consideran lastimará al mandatario y medios que destacan encabezados enfilados a destacar a Puebla como el centro del caos, el crimen y la delincuencia a la alta escuela.
Presionar es la forma que consideran la adecuada para conseguir prebendas.
Pareciera que grupos pandilleriles han sido contratados para sembrar la anarquía y desasosiego, haciendo que crezca la anarquía y la zozobra, pensando, seguramente, que el pueblo culpará a la Guardia Nacional y al nuevo gobierno para exigir su dimisión.
No les ha gustado a los agoreros del desastre que la semana que está por terminar haya sido fructífera con la visita a Puebla de Carlos Manuel de Almeida Márquez, Presidente de HUF GROUP América, anunciando la inversión que hará la empresa automotriz; avalando Olivia Salomón Vivaldo, Secretaria de Economía, quien es parte fundamental en este logro.
Tampoco les agradó la llegada del Embajador de la República Popular China, Zhu Qingqiao, reuniéndose con Miguel Barbosa para fortalecer intercambio comercial del lejano oriente con Puebla.
Y muchos menos les hizo causó alegría el encuentro de Barbosa con el Gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García, para que, en trabajo coordinado, respondan sobre cada tema de seguridad pública en ambos Estados, abarcando todos los delitos. “Queremos devolver a la sociedad poblana y veracruzana la paz y queremos decirles que deben vivir sin miedo”, coincidirían Miguel y Cuitláhuac.
ASÍ QUEDARON LOS CINCO EJES DE LA ESTRATEGIA PUEBLA-VERACRUZ:
1.- Compartir diagnósticos con base en los índices delictivos que involucran a 33 municipios poblanos y 36 de Veracruz.
2.- Actuar en operativos conjuntos y coordinados entre las fuerzas estatales de ambos Estados y federales.
3.- Intercambio de información de inteligencia a través de nuestros pares de ambos gobiernos federales.
4.- Coordinación con la federación a través de las mesas de construcción para la paz que el Presidente de la República ha implementado en todo el país.
5.- Fijar puntos de revisión en las zonas limítrofes de ambos Estados.
Si no les gusta a los aficionados al desastre, avisen.