REFLEXIONES
En el paroxismo del dolor por la matanza cholulteca a manos de los españoles y sus aliados tlaxcaltecas, ocurrida en 1519, al Diputado del distrito 20 con cabecera en Puebla capital, José Juan Espinosa, intentando emular grotescamente al Presidente Andrés Manuel López Obrador, subió un punto de acuerdo en el Congreso local para que se exija al reino español y al gobierno de Tlaxcala emitan sus disculpas públicas por aquel acto de barbarie.
¿Sabrá que Cholula forma parte de México y que la petición a España la hizo López Obrador desde su campaña, la enfatizó al tomar posesión y apenas envió una nueva misiva al Papa Francisco?
¿En calidad de qué la hace el legislador JJ, con eso de que se ostenta ciudadano poblano y cholulteca?
Nunca se le ocurrió asumir esa postura cuando fue Presidente Municipal de San Pedro ni tampoco las 3 veces que ha sido Diputado. Hoy, no representa a la prehispánica Cholollan y, sin embargo, levanta la voz indignado, no obstante que su pretensión próxima es reelegirse, buscar la candidatura a Edil por Puebla o ser legislador federal, ya sea por Movimiento Ciudadano o el PAN, porque el PT no lo llena y en MORENA no es bien visto.
Yo le pregunto a José Juan: ¿Antes de que sea discutida su propuesta en la Cámara, quién exigirá que se pida perdón a los ciudadanos cholultecas por el saqueo de dinero del erario, terrenos e inmuebles de la ciudad de la que fue Alcalde; en la que protagonizó un escándalo de extorsión a la ex Presidenta Municipal Dolores Parra; en la que alguno de sus familiares fue traficante de piezas arqueológicas costándolo la cárcel y el desprestigio por siempre?
¿Quién pedirá perdón a los poblanos por el robo de miles de millones de pesos a las finanzas de Puebla; la realización de obras inútiles e infladas en costo, prevaleciendo los moches; las concesiones amañadas; el regalo de Notarías manejadas por prestanombres; el enriquecimiento ilícito de docenas de funcionarios y el fraude electoral a Enrique Agüera en 2016 y a Miguel Barbosa Huerta en 2018?
Debe recordar José Juan que él formó parte del morenovallismo, al igual que Fernando Manzanilla Prieto, ambos cómplices actualmente e integrantes de grupos golpistas que buscan tirar a los gobiernos de la Cuarta Transformación, aunque juran, falsamente, que son fieles a López Obrador. La muestra está en la conducta de su esposa, la Senadora Nancy de la Sierra, quien hoy subió a tribuna para reclamarle a su homólogo Alejandro Armenta sus amenazas y sus sonrisas a medias. “Somos leales al Presidente, pero no somos empleados de nadie”, diría, luego de haber votado en contra de la desaparición de 109 fideicomisos.
Armenta Mier, le había reclamado públicamente su traición al Presidente, pues a sabiendas de que la extinción de fideicomisos, que huelen a corrupción por todos lados y dieron pie a esconder miles de millones de pesos para beneficio de unos cuantos, era decreto presidencial, voto en contra, no sin antes desaparecer de la maratónica sesión.
El legislador Alejandro Armenta, explicó con antelación que la desaparición de fideicomisos no impediría la entrega de recursos a beneficiarios de la ciencia, tecnología, deporte, salud, etcétera, pero de manera directa, sin intermediarios, aunque primeramente se haría una auditoría profunda, esto último fue confirmado por López Obrador en su mañanera de hoy, adicionando que habrá denuncias penales.
Nancy de la Sierra, quien por cierto fue priista lisonjera de Melquiades Morales Flores, luego de Mario Marín y terminó por infiltrarse en MORENA a través del Partido del Trabajo por el que es Senadora, también vitoreó a López Obrador cuando le convino. Hoy, grita que es su aliada, no su empleada. Y sí, una aliada que boicotea la extinción de fideicomisos que representan un globo gigante inflado de corrupción.
Y es que, aseguran, Nancy de la Sierra coquetea con el PAN y Movimiento Ciudadano, al igual que su esposo José Juan, amigo entrañable de Fernando Morales Martínez, Dante Delgado y del Gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro.
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