Yo entiendo que se conforman equipos, con los que se tiene confianza o no se tiene, y yo creo que yo no formé parte de ese equipo’, dijo la exfuncionaria en entrevista.
Candelaria Ochoa, quien el martes presentó su renuncia como titular de la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres (Conavim), dependiente de la Secretaría de Gobernación, aseguró en entrevista con El Financiero que su renuncia no fue una decisión propia, sino una solicitud de la titular de esa dependencia.
“A mí no me pidieron la renuncia de manera directa, se la pidió la secretaria (Olga Sánchez Cordero) al subsecretario. Yo entiendo que se conforman equipos, con los que se tiene confianza o no se tiene, y yo creo que yo no formé parte de ese equipo”, explicó. “Yo no supe los motivos, desafortunadamente no se me dijeron”.
El presidente Andrés Manuel López Obrador, aseveró, no tuvo que ver en su dimisión, y todo el tiempo que estuvo al frente del organismo fue receptivo de las propuestas y comentarios realizados.
Ochoa estuvo al frente de la Conavim durante 15 meses, desde el 12 de marzo de 2019, y su salida generó controversia por lo repentino del asunto y porque se trata de la cuarta funcionaria pública en dejar su puesto en las últimas dos semanas.
Además, esta instancia -encargada de diseñar y coordinar las políticas públicas en materia de prevención, atención, sanación y erradicación de la violencia contra las mujeres-, se queda sin titular en un momento en que la violencia contra las mujeres en el país se ha agravado con la cuarentena por la pandemia de COVID-19.
La también activista y académica aseguró que, si bien todavía hay grandes pendientes dentro del organismo, el camino recorrido es positivo.
Entre los logros de su gestión, destacó, están la coordinación con entidades federativas, congresos estatales, Poder Judicial y fiscalías para impulsar una política nacional, así como darle vida al Sistema Nacional para Prevenir, Atender, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres.
“Si no entendemos que la violencia contra las mujeres tiene que aterrizar en el compromiso del municipio, de la entidad federativa y de la federación no vamos a poder erradicarla”, aseguró.
Pero queda camino por recorrer.
Ochoa subrayó que una de las tareas pendientes de la Conavim es generar una mejor coordinación con los gobernadores y alcaldes, para que las políticas públicas en favor de las mujeres sean correctamente aplicadas.
“Necesitamos el compromiso de todos, nadie se puede hacer como que esto a mí no me toca”, dijo.
En un país en el que se han activado 21 alertas de género en 18 entidades, la ahora exfuncionaria menciona que las violencias contra la mujer empiezan desde el hogar y hay obstáculos estructurales y de política pública que se mantienen en pie, por más absurdos que parezcan.
“Una de las grandes dificultades del 911, por ejemplo, sobre todo en las operaciones en los estados y municipios, es que el delito de violencia contra las mujeres no amerita una patrulla”, afirmó. “Puede ir una patrulla o puede no ir”.
Según datos de la Conavim, entre finales de febrero y finales de abril, se realizaron 26 mil peticiones reales de auxilio de mujeres a este número.
De ese tamaño es el reto.