*Inquietud entre las automotrices alemanas por el próximo Presidente de EU
Los fabricantes de autos alemanes están cada vez más nerviosos por el resultado de las elecciones en Estados Unidos, después de que Donald Trump les reclamara fabricar vehículos en ese país. ¿Cómo afectaría eso a BMW, Audi, Volkswagen y Mercedes Benz?
En el mitin de campaña electoral de Donald Trump como candidato republicano en Georgia el mes pasado, hizo hincapié en que: “Quiero que las compañías automotrices alemanas se conviertan en compañías automotrices estadounidenses”.
Trump prometió que, si llegaba a ser Presidente, cualquier fabricante de automóviles extranjero que decidiera aumentar la producción en Estados Unidos, obtendría los impuestos y costos de energía más bajos, también con la burocracia. Y luego habló sobre aranceles muy sustanciales para vehículos no fabricados en el país.
El analista y experto en el sector automotriz de Detroit John McElroy, cree que Trump “dice muchas locuras. Si gana, tendremos una idea más clara de lo que pretende hacer”, explicó.
Los fabricantes de automóviles alemanes evitaron que se llevara a la práctica la amenaza de Trump, en la campaña electoral de 2016, de aplicar un arancel del 35 por ciento, porque los alemanes negociaron nuevas inversiones en la producción estadounidense como la expansión de vehículos eléctricos (VE) de Volkswagen en Tennessee, 930 millones de euros prometidos por Mercedes Benz en Alabama y el aumento de la producción de BMW en Carolina del Sur.
Pero Jacob Kirkegaard, miembro sénior del grupo de expertos Bruegel, con sede en Bruselas, declaró a la agencia noticiosa Deustche Welle: “Todas las inversiones que los fabricantes de automóviles alemanes hicieron en EU en los últimos años no los van a salvar. Debido al nivel de inversión e integración realizado en los últimos años por las empresas alemanas, probablemente se enfrentarán a un mayor impacto en la cadena de suministro que la mayoría de los demás”.
Trump prometió reducir los subsidios a los vehículos eléctricos (VE), una inversión verde clave del Presidente Joe Biden. Gran parte del dinero, financiado por los fabricantes de automóviles alemanes en Estados Unidos durante los últimos seis años, se ha destinado a aumentar la fabricación de vehículos eléctricos.
“Hemos visto lo que sucedió en Alemania cuando se eliminaron los subsidios, las ventas de vehículos eléctricos se desplomaron, dijo McElroy, también presidente de Blue Sky Productions, que creó Autoline Network, que proporciona noticias y análisis de la industria automotriz.
“Creo que podríamos ver lo mismo aquí en Estados Unidos, lo que afectaría no solo a las marcas alemanas, sino a cualquiera que se dedique a los vehículos eléctricos”, manifestó.
Las marcas alemanas además podrían verse aún más afectadas por el ultimátum de Trump a los fabricantes en México. El país latinoamericano es un importante centro de fabricación para marcas como Volkswagen, BMW y Audi, sobre todo, para el mercado estadounidense. Trump amenazó con frecuencia a los fabricantes de automóviles con un arancel del 200 por ciento por trasladar su producción a México, donde los costos son más bajos.
“México es un lugar muy importante para la industria automotriz alemana”, según expresó la Asociación Alemana de la Industria Automotriz (VDA), en un comunicado publicado por el periódico Die Welt en octubre pasado. “Los fabricantes alemanes tienen sus propias plantas allí, donde se logró un nuevo récord de producción con 716 mil automóviles para pasajeros el año pasado”, según el diario.
Los fabricantes de automóviles alemanes que operan en México, también se benefician de condiciones comerciales favorables gracias al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), entre México, Estados Unidos y Canadá, que se negoció bajo la Presidencia de Trump y está previsto que se revise en 2026.
Al igual que en Alemania, donde los fabricantes de automóviles se quejan de la escasez de trabajadores cualificados, en Estados Unidos también sucede lo mismo. “Ya estamos viendo que las empresas alemanas con sede aquí en México, tienen que ceder personal a sus empresas asociadas en Estados Unidos para rellenar los huecos”, declaró Johannes Hauser, Director Gerente de la Cámara de Industria y Comercio Alemana Mexicana (AHK), al programa alemán de noticias Tagesschau, de la emisora pública alemana ARD a principios de noviembre. “Eso muestra lo dramática que se ha vuelto la situación en Estados Unidos”, aclaró.
Con Trump amenazando con políticas aún más proteccionistas, las marcas de automóviles alemanas se enfrentan ahora a una tormenta perfecta en un sector automovilístico global ultra competitivo, con un crecimiento más lento en Europa. Al mismo tiempo, las marcas chinas lanzan nuevos modelos de vehículos eléctricos, lo que perjudica las ventas de automóviles alemanes en China y Europa.
Además, “si el gobierno estadounidense dice ‘No sólo no queremos explícitamente coches de marca china en Estados Unidos, sino que tampoco queremos coches que dependan de cualquier forma de tecnología china’, eso también podría incluir a los coches de marca alemana”, planteó Kirkegaard.
Según Kirkegaard, las marcas alemanas siguen siendo muy rentables y “saldrán adelante, pero es probable que, en términos de empleo, tengan a que renunciar a muchas cosas”.
En fin, como dice la copla flamenca:
¡Ay, vino de mis amores,
vino de la cepa tuerta!
Tú que te quieres meter
y yo que te abro la puerta.
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