El mercurio seguía subiendo este miércoles en Europa, donde una ola de calor provocada por la entrada de una masa de aire cálido de origen africano afecta desde el martes a todo el continente, lo que puede complicar el manejo de la covid-19.
Desde el martes, las playas, parques y fuentes de las principales ciudades del Viejo Continente fueron tomadas por asalto, pese a los llamados a respetar el distanciamiento físico para evitar un nuevo rebrote de coronavirus.
En Francia se esperan esta tarde temperaturas de hasta 37°C en el suroeste del país, según la agencia meteorológica, Météo-France, que prevé que esta ola de calor, la primera del verano dure hasta el viernes.
En París, donde hacía un calor sofocante, los termómetros marcaban 31°C antes del mediodía. Muchos buscaban refrescarse en las orillas del Sena o en las terrazas de cafés y bares.
Más al norte, en Reino Unido, se prevé que las temperaturas se acerquen, pero no que rompan, el récord de 35,6 °C de junio de 1976.
Esta ola de calor preocupa a las autoridades sanitarias del país, que temen que sea más difícil cumplir con las restricciones impuestas, sobre todo en cuanto al distanciamiento físico en los espacios públicos.
También hay inquietud por los ancianos, muchos de los cuales evitan salir a las calles para protegerse del virus y por lo tanto no pueden salir en las horas más cálidas para refrescarse.
“Esto puede hacer más difícil detectar a alguien que está teniendo dificultades y necesitando ayuda”, señaló Caroline Abrahams, directora de la organización benéfica Age UK.
El tiempo va a ser especialmente caluroso en el centro y la mitad sur de España, donde las temperaturas podrían escalar hasta los 36°C, según la agencia meteorológica española (AEMET).
En Portugal, que tuvo picos de calor en varias regiones en los últimos días, las temperaturas comenzarán a caer este miércoles. Se trata de un “episodio corto” que no va a durar, explicó la meteoróloga Cristina Simoes a la agencia Lusa.
El año 2019 conoció canículas y niveles récord de calor, en Europa y en el polo Norte, fenómenos que pueden relacionarse con el calentamiento global producido por la actividad humana.