Zuzana Caputova obtiene 58% de los votos y su rival, Maros Sefcovic, comisario europeo respaldado por el poder actual logra el 42%.
La abogada ecologista Zuzana Caputova ha sido elegida presidenta de Eslovaquia. Será la primera mujer que accede a la jefatura del Estado en el pequeño país poscomunista, miembro de la UE y la OTAN desde 2004. “Celebro mi victoria y que haya llegado de una forma de la que muchos llegaron a dudar de si puede funcionar”, señaló Caputova en su primer discurso tras imponerse con el 58% al diplomático Maros Sefcovic, vicepresidente de la Comisión europea, quien compitió como independiente, pero apoyado por el gubernamental partido socialdemócrata Smer.
“La decencia en la política no es una muestra de debilidad sino que puede ser nuestra fortaleza”, ha dicho también la abogada, quien comenzó su discurso en la cuatro lenguas más habladas del país: eslovaco, húngaro, romaní y checo. La nueva mandataria tiene una fuerte orientación pro-europea, con acento en la ecología y el fortalecimiento del Estado de Derecho y la justicia.
No ha habido una afluencia masiva a las urnas. La participación apenas rozó el 42% en unos comicios que debían elegir entre los dos candidatos más votados en la primera vuelta, celebrada hace dos semanas. Los candidatos de la derecha populista sumaron un 25 %, pero quedaron fuera de la ronda definitiva.
“He felicitado (a Caputova) y dicho que desde hoy tiene una gran responsabilidad. A pesar de la campaña turbulenta, son momentos de unidad en Eslovaquia”, dijo Sefcovic tras reconocer su derrota.
Caputova, de 45 años, será la sucesora del empresario y filántropo Andrej Kiska, que finaliza en junio su mandato de cinco años y donde ha mantenido tensas relaciones con el Ejecutivo de coalición de mayoría socialdemócrata. La nueva presidenta ha sido muy crítica de la manera en que el Gobierno gestionó la crisis generada por el asesinato del periodista Jan Kuciak, que investigaba los vínculos del crimen organizado con las altas esferas del poder.
El homicidio de Kuciak generó una masiva ola de protestas de la sociedad civil a las que se unió el jefe de Estado, en medio de la indignación por el lento avance de la instrucción policial sobre el crimen y el escándalo de corrupción que reveló el trabajo del reportero. En las marchas callejeras estuvo siempre Caputova, quien colaboró en la investigación de varios casos de corrupción con Kuciak. Durante la campaña, la abogada pidió “enfrentar el mal”, en alusión a los tentáculos de la mafia en la alta política.
El primer ministro, el socialdemócrata Robert Pellegrini, ha deseado un “buena cooperación” con la nueva inquilina del Palacio de Grassal, sede de presidencia. Pellegrini ha reconocido que perdura en el país una situación de “turbulencia” tras el asesinato de Kuciak, y cuyos autores aún no se han sentado en el banquillo de acusados. El escándalo ha desacreditado a las autoridades y ha sembrado la desconfianza de la ciudadanía hacia órganos como la policía, fiscalía, jueces y el Gobierno.