La red social es especialmente popular en ese país y es la forma de acceder a internet para la mayoría de la gente.
El nuevo Gobierno militar de Myanmar ha bloqueado el acceso a Facebook mientras crecía la resistencia al golpe del lunes, con llamadas a la desobediencia civil en protesta por la destitución del gobierno civil electo y su lideresa, Aung San Suu Kyi.
Facebook es especialmente popular en Myanmar, y es la forma de acceder a internet para la mayoría de la gente.
El Ejército tomó el poder del país el lunes poco antes de que comenzara el nuevo curso parlamentario y detuvo a Suu Kyi y otros políticos de primera línea.
Las fuerzas armadas aseveraron haber actuado porque el Gobierno no había respondido a sus acusaciones sobre que las elecciones del pasado noviembre, en las que el partido de Suu Kyi ganó de forma abrumadora, se habían visto marcadas por irregularidades generalizadas. La Comisión de Elecciones ha rechazado las acusaciones.
Unos 70 parlamentarios elegidos hace poco desafiaron este día al nuevo Gobierno militar al reunirse para una sesión simbólica del Parlamento que no pudo iniciar sus sesiones.
Firmaron sus juramentos del cargo en una casa de huéspedes del Gobierno en la capital, Naipyidó, donde unos 400 legisladores fueron detenidos tras el golpe. Desde entonces se les ha dicho que no pueden regresar a sus distritos de origen.
La sesión extraoficial era un gesto simbólico para afirmar que ellos, y no los militares, eran los legisladores legítimos del país.
Algunos de los asistentes expresaron su indignación y su determinación a resistirse al golpe cuando salían del recinto.
“Esto viola los derechos humanos de toda la ciudadanía. Esto no es un golpe. Esto es una traición contra el gobierno. Tengo que decir que esto es una traición al estado”, señaló Khin Soe Soe Kyi, miembro del partido Liga Nacional por la Democracia que lidera Suu Kyi.
El Ejército declaró un año de estado de emergencia y puso todos los poderes del estado en manos de la junta militar, incluidas las funciones legislativas. Al final del periodo de un año, señaló, convocará elecciones y entregará el poder al ganador.
En Yangón, la ciudad más grande del país, aparecieron pintadas contra el golpe con el mensaje “No queremos dictadura” escrito en el muro de una calle muy transitada.
En Mandalay, una ciudad conocida por sus políticos activistas, la policía dispersó una entusiasta protesta de unas 20 personas ante la Facultad de Medicina. Tres personas fueron detenidas.
El personal médico ha declarado que no trabajará para el gobierno militar. Los trabajadores sanitarios son muy respetados por su labor contra la pandemia del coronavirus, que está castigando el precario sistema de salud del país.
Por segunda noche seguida el miércoles, los vecinos en Yangón hicieron “protestas de ruido” en las que la gente golpeó cacerolas e hizo sonar las bocinas de los coches al abrigo de la oscuridad.
Las protestas han reavivado una canción muy asociada al fallido alzamiento de 1988 contra la dictadura militar. Myanmar estuvo cinco décadas bajo un régimen militar desde un golpe de Estado de 1962, y los cinco años de mandato de Suu Kyi han sido su periodo más democrático, pese al uso continuado de las leyes represivas de la era colonial.
Videos compartidos en medios sociales mostraban a gente, muchos de ellos trabajadores sanitarios, cantando la canción Kabar Makyay Bu (No estaremos satisfechos hasta el fin del mundo), que se canta con la música de Dust in the Wind, una canción de 1977 del grupo estadounidense Kansas.
Miles de personas se sumaron esta jornada a una marcha en la capital, Naipyidó, en apoyo del golpe militar, dentro de una serie de actos organizados para dar la imagen de aprobación popular del cambio de gobierno.
Suu Kyi sigue siendo muy popular. Su partido indicó el miércoles que se la había acusado de posesión de walkie-talkies importados de forma ilegal -se cree que utilizados por sus guardaespaldas- encontrados en su casa.
La acusación permitiría mantenerla detenida al menos hasta el 15 de febrero. El derrocado presidente Win Myint estaba retenido por otros cargos. Se cree que Suu Kyi está bajo arresto domiciliario en su casa, donde fue retenida por el Ejército.
Los cargos contra Suu Kyi pueden suponer una pena de hasta tres años de cárcel.
El bloqueo a Facebook comenzó a última hora del miércoles, según internautas.
“Se ha ordenado a las proveedoras de telecomunicaciones en Myanmar que bloqueen Facebook temporalmente. Instamos a las autoridades a restaurar la conectividad para que la gente en Myanmar pueda comunicarse con familiares y amigos y acceder a información importante”, dijo un portavoz de Facebook.
Facebook eliminó en 2018 varias cuentas asociadas al Ejército de Myanmar, incluida la del general Min Aung Hlaing, que lideró el golpe de esta semana, tras quejas de que parecían alimentar el odio contra la minoría musulmana rohinya del país.
Los rohinya sufrieron una brutal contrainsurgencia militar en 2017 que hizo huir a 700 mil personas a la vecina Bangladesh. Las voces críticas han tachado de genocidio las acciones del Ejército.