TOGA MANCHADA

Diario ABC Puebla

¿De dónde nace la obligación legal que constriñe a las ministras y ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación a portar toga durante las sesiones públicas solemnes?
Ni en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos ni en la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación se encuentra prevista tal obligación.
Simplemente deriva de un decreto emitido en 1941, cuya vigencia y obligatoriedad están hoy en tela de juicio.

¿A qué viene todo esto?
Pues a que, en la red social Instagram, se ha denostado, vituperado, vilipendiado y ofendido de todas las formas posibles al próximo presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, por manifestar que no portará toga durante las sesiones del máximo tribunal del país, y que en su lugar usará un atuendo tradicional mixteco, en honor a sus raíces indígenas oaxaqueñas.

¿Es eso motivo suficiente para pretender ridiculizar a quien obtuvo, ni más ni menos, que seis millones de votos en la pasada elección judicial?
¿El uso de la toga hará alguna diferencia respecto de la legitimidad democrática con la que Hugo Aguilar ha sido investido para asumir su cargo a partir del 1° de septiembre del año en curso?
¡Por supuesto que no!

La toga ha sido, más que un símbolo de justicia, un símbolo de poder.
Del uso abusivo de las instituciones de impartición de justicia en beneficio de unos cuantos.
Ahí están los ejemplos: Norma Piña votando en favor del evasor fiscal Ricardo Salinas Pliego.
O lo ocurrido en Puebla, cuando, en plena madrugada, una veintena de togados legitimaron el fraude electoral más escandaloso de la historia moderna de la entidad, al ungir como gobernadora constitucional a Martha Érika Alonso de Moreno Valle.
La toga, que debería representar el respeto irrestricto al Estado de Derecho, esa noche trágica sólo sirvió de tapete a las aspiraciones de perpetuación en el poder de un dictadorzuelo.

¿Vergüenza es no querer usar toga?
No. Vergüenza es portar una toga manchada por la sumisión y la obediencia ciega al poder en turno.

Por todo ello, quien esto escribe preferirá mil veces un atuendo de la población mixteca, que una toga manchada.