El cuerpo de Roger Federer dijo basta. El tenista suizo de 38 años, número 3 del ranking mundial, se sometió ayer a una artroscopia en su rodilla derecha, según ha revelado él mismo este jueves en las redes sociales.
Federer se perderá un buen tramo de temporada, incluido Roland Garros, ya que tiene previsto regresar para la gira de hierba (en junio) con Wimbledon como gran objetivo.
“Mi rodilla derecha me estaba molestando desde hace un tiempo. Esperaba que fueran unos dolores que terminarían por desaparecer pero después de un examen médico y discutirlo con mi equipo, decidí someterme a una cirugía artroscópica ayer en Suiza. Después de la operación, los doctores confirmaron que era lo que necesitaba y se muestran confiados en una recuperación completa. Como resultado, no podré estar en Dubái, Indian Wells, Bogotá, Miami y Roland Garros. Estoy agradecido por el apoyo de todos. No puedo esperar para volver a jugar pronto. ¡Nos vemos en la hierba!”, reza el comunicado del ganador de 20 Grandes.
Federer tenía que defender muchos puntos en este tramo de la temporada pues el año pasado se alzó con los títulos en Dubái y Miami, llegó a la final en Indian Wells y a semifinales en Roland Garros.
Esta lesión no tiene relación con la que sufrió en febrero de 2016, cuando también pasó por el quirófano para operarse de una rotura de menisco, pues en aquella ocasión fue en la rodilla izquierda. Fue su primera operación en 18 años de carrera.
Después de la operación, los doctores confirmaron que era lo que necesitaba y se muestran confiados en una recuperación completa”
Aunque en principio sólo iba a estar un mes de baja tras lesionarse un día después de su partido de semifinales del Open de Australia frente a Novak Djokovic, al final no pudo volver hasta la gira de tierra, en abril.
Aquel año fue el peor de su carrera desde 2001. A las secuelas de la operación se sumaron sus recurrentes dolores en la espalda, que esta vez le impidieron disputar Roland Garros. Fue el primer Grand Slam que se perdió desde el US Open de 1999.
El helvético cerró un año aciago sin títulos en el zurrón, con una única final en Brisbane, sin disputar torneos tras caer en las semifinales de Wimbledon y en el puesto 16 de la ATP.
Eso sí, en 2017, con 35 años volvió por la puerta grande imponiéndose en el Open de Australia y Wimbledon.