CDMX a 21 de febrero de 2023.– Tras la supresión, este lunes en comisiones del Senado, de la llamada cláusula de la vida eterna del Plan B de Reforma Electoral, que establecía la transferencia de votos entre partidos coaligados en elecciones; han quedado en la indefensión los partidos pequeños conocidos como la “chiquillada” o las rémoras de los partidos mayores.
Tal es el caso del Partido Verde y PT, que pese a los intentos por asegurase votos para mantener el registro en cada elección –aunque la gente no votara por ellos—y si bien lograron salirse con la suya en la Cámara de Diputados, con la cláusula exigida a los morenistas, no obstante contravenir la propuesta de Reforma Electoral del ejecutivo federal; la cláusula no sobrevivió en el Senado, y en comisiones fue suprimida del dictamen que será votado mañana miércoles en el pleno.
Así, les durará por más tiempo el malestar a las rémoras del sistema político nacional; pero a ningún partido grande le importa, pues no obstante haber sido beneficiados por estos; con la reforma electoral lograrán deshacerse de las rémoras aliadas; y así, evitar compartir los cargos públicos y espacios de poder.
Una lección para los partidos satélite que les dejará la 4T que impulsa cambios de raíz. La Reforma Electoral apostaba a deshacerse de los partidos políticos que no tienen ni proyecto ni principios ni criterio propio, sólo esperanza de sobrevivir al amparo del pez mayor.
A excepción de los líderes de esos partidos pequeños (PT, PVEM y ahora PRD) nadie extrañará su ausencia, si pierden el registro en la próxima elección. Como ha sucedido con partidos como Encuentro Social o Nueva Alianza. Se trata de especies cuya extinción del sistema de partidos no importa a nadie; y menos en un México en plena transformación.
Aspirantes morenistas muy acelerados rumbo al 2024
A diferencia del PAN, la segunda fuerza política de México; a los militantes de MORENA sí les apura posicionarse rumbo al 2024. Pues mientras en el partido en el poder ya fueron elegidos oficialmente los cuatro aspirantes a la candidatura presidencial, y cada uno de estos ha comenzado su propia campaña; en la oposición no hay visos de aspirantes reales, sólo improvisados, que a título personal han levantado la mano, pero sin posibilidad alguna para la contienda, como los senadores Lilly Téllez y Damián Zepeda del PAN.
Así, la carrera de los aspirantes a la candidatura presidencial por MORENA: Sheinbaum, Ebrard, Adán Augusto y Monreal van tan aprisa, que desde el año pasado cuentan con redes de simpatizantes en todos los estados del país, quienes trabajar a marchas forzadas con miras a ganar la encuesta nacional a realizarse en septiembre próximo por parte del partido MORENA, con la cual se decidirá la elección del candidato presidencial.
Y es que así como sucedía en el PRI en sus mejores tiempos, cuando su candidato era prácticamente el próximo presidente de México; parece será el caso de MORENA… de ahí la premura, pues el candidato morenista tiene posibilidad real de refrendar el triunfo electoral; cuantimás tendiendo aún la proyección del peso popular del presidente López Obrador.