El “proyecto alternativo de nación” que propone el líder nacional de la COPARMEX Gustavo de Hoyos, que no posee otra finalidad que hacerle la guerra al Presidente Andrés Manuel López Obrador y el propósito firme de conquistar el poder político, tiene a conocidos empresarios embarcados en la conspiración, pero escondidos, acostumbrados al doble juego y a conseguir lo que quieren en base a la traición.
Conservadurismo puro en toda la extensión de la palabra.
El dinero compra todo; es el verdadero poder. Así lo dicta la mentalidad empresarial metida en este embrollo.
Uno de ellos que se ha sumado al “proyecto alternativo”, que descubrió recientemente la revista Proceso, es el poblano José Antonio “El Diablo” Fernández, cabeza de Fomento Económico Mexicano S.A.B. de C.V., (FEMSA), empresa multinacional mexicana que participa en la industria de las bebidas, en el sector comercial y de restaurantes, con sede en Monterrey y opera en 10 países de Latinoamérica y Filipinas.
Pero, -afirman- entre tantos diablos, hay otro que participa activamente: Ricardo Henaine Mezher, amigo personal de José Antonio Fernández y socio embozado de El Heraldo de Puebla que volvió a sus colores azul y blanco que tanto vomitó porque los consideraba identidad del PAN y parte del morenovallismo, donde finalmente cayó para intentar recuperar lo que jura le fue arrebatado.
Ambos, Fernández y Henaine, se pusieron a las órdenes de Alejandro Poiré. Director de la Escuela de Ciencias Sociales y Gobierno del ITESM y ex Secretario de Gobernación de Felipe Calderón Hinojosa, para ser capacitados en la lucha por adueñarse del país. Pero, al mismo tiempo, hacen circular el rumor de que son amigos de AMLO y gozan de cercanía, en una clara estrategia para no ser detectados y que sus pecados capitales sean perdonados.
En realidad, tanto Fernández como Henaine son enemigos del Presidente.
Es lo que dictan las buenas conciencias.
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CON MUCHO CUIDADO ha tratado el Gobierno de Miguel Barbosa el asunto de Cohuecan, donde fueron linchados dos presuntos secuestradores.
Las fuerzas estatales se replegaron en aras de permitir hacer su labor a los ministeriales, con la firmeza de investigar concienzudamente para no afectar a personas inocentes, pero al mismo tiempo haciendo un llamado a no castigar un acto delincuencial con otro fuera de la ley, ofreciendo que se hará justicia.
No es la primera vez que ocurre un hecho de esta naturaleza.
Durante los gobiernos de Rafael Moreno Valle y Antonio Gali Fayad se produjeron actos terribles que nunca fueron castigados. Hoy, se busca preservar el Estado de Derecho y que sean respetados los derechos humanos, sin soslayar el castigo a los que han violentado la legalidad.
No más la ley de la selva.