De acuerdo a la Regidora y Presidenta de la Comisión de Seguridad en el Cabildo de Puebla, Ana Laura Martínez Escobar, la BUAP tiene la obligación de otorgar vigilancia a sus 118 mil estudiantes, dentro y fuera de sus instalaciones, pues cuenta con recursos suficientes. Es decir, la universidad tendría que contratar al menos a 59 mil policías, suponiendo que cada uno tenga la custodia de 2 alumnos; además, deberá comprar patrullas, motocicletas, cámaras, botones de pánico.
Con razón nadie acude a los llamados de auxilio de universitarios cuando los encapuchados quieren adueñarse de sus instalaciones.
Lo mismo sería para la Ibero y la UPAEP; supongo que también para todas las instituciones que han participado en las manifestaciones reclamando un alto a la inseguridad. Por supuesto que en esto no entra la UDLAP, cómplice del morenovallismo, que ha preferido no participar, sólo guardar un minuto de silencio por los desaparecidos en la intimidad de sus enormes instalaciones.
El mensaje de Martínez Escobar quedaría a la medida de empresarios, banqueros, funcionarios de todos los niveles, familias ricas y todos los ciudadanos con una posición desahogada. Vaya, que cada quien se rasque con sus propias uñas y los jodidos, pues jodidos quedarán.
La Carta Magna que garantiza, para todos, seguridad, educación, etcétera y más etcétera, se puede ir mucho al carajo. Se debe entender que los nuevos tiempos, como los viejos, contemplan a ciudadanos de primera, de segunda, de tercera y de cuarta.
Vaya disparate de la señora.
¿Es así como se dirimen diferencias?
¿Es así como se concilia?
¿Así se acuerdan mesas de diálogo para coordinar esfuerzos?
Su postura obedece dizque para aminorar la responsabilidad al gobierno de Claudia Rivera Vivanco, quien ya declaró hace meses que la gente debe ocuparse de tapar los baches en sus colonias. Total, se sigue pagando el agua a la empresa que el morenovallismo entregó en concesión a sus amigos y familiares para su administración y distribución; igualmente el servicio de basura a RESA. ¡Qué más da que cada quien pague su policía!
SIN EMBARGO, LOS POBLANOS… bueno, los mexicanos en general, esperan que haya acuerdos, compromisos y negociaciones por el bien común, más allá de filias o fobias, de izquierdas o derechas o de Partidos rémoras que sólo sirven de comparsas para succionar del erario. Lo que debería ser una tarea de expertos en la aplicación de la ciencia política que resuelva entuertos y aligere odios, es desvirtuado y rebasado por intereses de grupo, partidista o personales que ponen en peligro la estabilidad social.
Urge el rescate de políticas útiles.
¿Dónde están los Consejeros o Asesores, hombres y mujeres profesionales e inteligentes? No caben aquí la Regidora Martínez Escobar ni la Alcaldesa Rivera Vivanco, entre otros muchos.
Me refiero a los talentosos y experimentados, no a los intrigantes ni a los chismosos ni a los bravucones que prefieren el enfrentamiento y la descalificación, en lugar de pensar con la cabeza fría y proponer soluciones a problemas que comprometen al Estado y las instituciones.
La negociación debe ser en base al beneficio colectivo, no en la amenaza, la intimidación y confrontación. Pareciera que se soslaya la política como medio de enaltecer la conducta racional. Hay que fortalecer a la sociedad, no golpearla, abonando a la credibilidad de la eficiencia y eficacia, en lugar de que la gente advierta a la política y los políticos como decepcionantes.
Bajo este tenor se da el despertar de la comunidad universitaria reclamando el retorno de la paz y tranquilidad en Puebla. En todo el país se ha desbordado el movimiento alentado por el TEMOR de perder la vida a manos de la delincuencia.
Y no es que el gobierno actual sea el responsable de los altos índices de criminalidad que se vienen arrastrando por lo menos desde hace una década, pero sí el encargado de garantizar el respeto a la legalidad y la aplicación de justicia pronta y sin distingos. Aún se espera el señalamiento y castigo a los morenovallistas que destrozaron el orden social, las finanzas estatales y dejaron hipotecados a los poblanos por los próximos 50 años. Su corrupción e impunidad sigue latente. Esto no debiera permitirse.
Si se pensó que alumnos y académicos de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla están siendo manipulados, no es así, porque el descontento es de la mayoría de instituciones de nivel medio y superior del país; extendiéndose a casas de estudio prestigiadas a nivel internacional, como la UNAM, viendo no sólo la inseguridad como tema prioritario, sino también la intromisión de interesados en vulnerar la autonomía y gobernabilidad de las universidades.
La duda de una posible manipulación estudiantil se borra con la integración de la UPAEP, la Ibero, la UVM, los Tecnológicos, el Colegio Minimalista, el BINE, las Universidades Madero, de Oriente, la Escuela Normal Superior Federalizada, el CENHCH.
Las manifestaciones son legítimas; es un derecho. Y vienen la del día 8 y el paro nacional de mujeres el 9 de este mes convocado por las “Brujas del Mar”.
El asalto a instalaciones de la BUAP y la UNAM por grupos de embozados, buscan provocar y desatar la violencia. Es un retroceso a las viejas formas de adueñarse del rectorado de instituciones, vulnerando reglamentos internos e intentando modificar la Constitución para restaurar viejos moldes que se creían en el olvido.
El lunes 2 de marzo la UNAM marchará en apoyo a las manifestaciones en Puebla que reclaman seguridad y alto a los crímenes que han enlutado hogares.
El paro parcial indefinido en escuelas y facultades de la BUAP, incluye nuevamente la toma de calles de manera pacífica, para continuar reclamos por los mismos motivos que se desbordaron por el asesinato de tres estudiantes, uno de la BUAP, dos de la UPAEP y un operador de UBER.
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