A ninguno de los dos panistas les gusta que les lleven la contra.
Su palabra es ley. Así se muestran Enrique Cárdenas Sánchez y Augusta Valentina Díaz de Rivera Hernández.
El primero se adjudica encuestas favorables falsas y pone en predicamento ante el INE a Massive Caller, que niega, a través de su propietario, cualquier cercanía con el neopanista.
La segunda, ocupada en denunciar a Francisco Castillo Montemayor por haberla calificado de indigna. Según ella, es una grave ofensa política de género.
Nadie tiene derecho a dudar de Enrique y Augusta ni mucho menos llamarlos mentirosos o indignos, porque entonces se dicen ofendidos, listos a denunciar en pos de justicia, esa justicia que han pisoteado, imposibilitada de reclamarles porque no los ve por ser ciega.
Los impolutos juegan de acuerdo a sus intereses.
El ex Rector de la UDLA, Enrique Cárdenas Sánchez, es exhibido en diferentes medios de comunicación como un intrigante y farsante. Su paso por la institución no fue limpia, como presume; hay testigos que no han muerto que refieren que quiso regresar un par de veces denostando a Nora Lustig y a Pedro Ángel Palou García, armando un complot académico-estudiantil, logrando únicamente que los hechos se escribieran en las páginas negras de la Universidad.
Ahora se las ingenió tramposamente para seguir cobrando su beca en el CONACYT. Ha salido a la luz, porque desde inicios de 2018 se aprestó a convertirse en candidato a la gubernatura de Puebla por MORENA, fracasando en su intento, lanzándose por la vía independiente y tropezando nuevamente, hasta que el PAN-PRD-Movimiento Ciudadano vieron, entre sus chingüiñas, a su “mejor opción” para representarlos en la elección extraordinaria del cercano 1 de junio, a pesar de que el académico odia a los Partidos y detestaba a Rafael Moreno Valle, a quien hoy le rinde homenaje post mortem por considerarlo un “monstruo” de la política.
Su falsedad lo llevó a reconocer el triunfo de Martha Erika Alonso Hidalgo, a pesar de haberla acusado de alcanzar el triunfo mediante el fraude. La ex Gobernadora –imagino- se movió entre sus cenizas al escuchar al mentiroso en sus ansias de ser legitimado como candidato de la coalición que encabeza el panismo morenovallista.
Si no bastara, Carlos Campos, homónimo de quien fuera un gran Director de Orquesta, asegura que Cárdenas miente al decir que su casa encuestadora Massive Caller le entregó un trabajo electoral, cuando nunca ha tenido contacto con él ni con su gente ni le ha dado algo relacionado con la competencia que está a menos de un mes.
Carlos Campos, Director General de Massive Caller, le ha quitado la máscara a Cárdenas Sánchez, remarcando que nunca realizó la encuesta que éste presentó para presumir un supuesto empate técnico en la zona metropolitana con Miguel Barbosa Huerta. Y, advirtió, en una entrevista radiofónica, que el invento del candidato panista le traerá broncas con el INE.
“Él sí ya se metió en una bronca con el Instituto Nacional Electoral, que es muy exigente en ese tipo de cosas, porque no hay encuesta, no hay contrato, no hay pago, entonces es un invento”, es el señalamiento contundente de Campos.
Increíblemente, Cárdenas sostiene la veracidad de la encuesta. Seguramente no sabe que ya fue desmentido.
Decirle farsante, es poco.
¿Se atreverá a denunciar a Carlos Campos?
¿Hará lo mismo que Augusta Díaz de Rivera, quien ha jurado que procederá penalmente contra Francisco Castillo Montemayor por haberla ofendido llamándola indigna de ser Regidora y por defender a la empresa “Aguas de Puebla o Concesiones Integrales”, que por cierto tiene en su haber docenas de demandas por abuso?
El gobierno de Moreno Valle es calificado de ignominioso, persecutor, dictador, corrupto al máximo y a él sirvió Díaz de Rivera.
Rafael fue el que privatizó el agua en Puebla y manejó a su antojo el SOAPAP que, -dicen- administraba su mamá, la señora Gabriel Rosas de Moreno Valle.
El SOAPAP fue considerado una de las cajas chicas del morenovallismo.
Asimismo, hay que recordar que el 12 de abril de 2011, Augusta, siendo Diputada federal, protagonizó un altercado verbal con su compañero cameral, el petista Gerardo Fernández Noroña. Entonces lo tachó de ser un simulacro de Diputado; consideró que no tenía inteligencia y era un baboso, terminando por gritar: “Se calla y me escucha”, cuando Gerardo quiso interrumpirla.
Nunca fue denunciada, al contrario, recibió de Fernández Noroña un ramo de flores que ella, la indigna, dignamente rechazó con otra andanada de improperios.
Quien las hace no las consciente.
Las mujeres merecen respeto; los hombres también; las instituciones merecen respeto, los ciudadanos también; el pueblo necesita representantes honestos, no simulacros.
Se ha de estar carcajeando Francisco Castillo Montemayor, quien fue una de las personas que tuvo los cojones para enfrentar a Moreno Valle y a su cómplice Antonio Gali Fayad, a costa de ser encarcelado y maltratado injustamente.
Qué bueno que denuncie Augusta, porque esto llevará a exigir una investigación profunda a “Aguas de Puebla” y a sus “tapaderas”.
Castillo Montemayor se sabe defender y tiene elementos suficientes para demostrar con hechos sus palabras.
¿Enrique Cárdenas Sánchez o Augusta Díaz de Rivera?
Ni a quién irle
Creo que me equivoco, tienen simpatizantes, uno de ellos el Director de Agua de Puebla, Héctor Durán Díaz, quien salió en defensa de la Regidora del PAN, Augusta Díaz de Rivera, pretendiendo descalificar la información del ambientalista Francisco Castillo Montemayor, sobre los negocios multimillonarios que ha logrado la concesionaria del servicio en la capital.
Tal para cual.
Por cierto, Díaz de Rivera es de las consentidas en el Ayuntamiento de Puebla, uno de los lugares donde se ha refugiado el morenovallismo.
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