¿Cuál es la intención de limpiar al Senador Alejandro Armenta, al Diputado federal Alejandro Barroso y al legislador local José Juan Espinosa, de haber defendido las tropelías del Presidente Municipal de Tehuacán Felipe Patjane?
Hay interesados, previamente apalabrados, en desviar la atención hacia el ex Gobernador de Chiapas, Manuel Velasco, con la versión de que Patjane acudió a pedir auxilio al Senado y que fue el “Güero” el encargado de abrirle la puerta hacia Ricardo Monreal para hacerle saber que es una víctima de la persecución del Gobernador Miguel Barbosa Huerta.
Aunque sea veraz la información, no deslinda a José Juan, Barroso y Armenta de estar involucrados en la trama de apedrear al barbosismo cada vez que pueden. Forman parte de la camarilla que sueña con que el Gobernador no termine su gestión y si lo lograse, que salga tan mermado física y políticamente que su administración sea considerada un fracaso.
No hay que olvidar que desde noviembre de 2018, cuando Miguel Barbosa era vilipendiado por el panismo morenovallista, que se ufanaba del triunfo de Martha Erika Alonso, sumándose gente de MORENA que veía todo perdido, Patjne recibió la visita de Alejandro Armenta y Alejandro Barroso, quienes le patentizaron su respaldo y acusaron al oriundo de Zinacatepec de ser el culpable de su persecución. “No estás solo”, le dirían.
Hace unos días, Armenta se reunió con Barbosa para analizar el presupuesto para Puebla. Algunos calificaron la escena como el bordado de las paces entre ambos; pero otros, comprensiblemente suspicaces, dijeron que era un formalismo que nada tiene que ver con cercanía política ni amistad. Esto último parece la realidad, porque un par de días después José Juan Espinosa fue el enviado armentista a Tehuacán, calificando de dictador al mandatario, de haber impuesto a Felipe y de querer desprenderse de él.
Más claro ni el agua.
José Juan, olvida que hubo elecciones y que Patjane fue elegido, de la misma forma que el legislador ganó una curul en las urnas, ¿O no?
Igualmente soslaya que apenas lleva 3 meses de Gobernador Miguel Barbosa y que es muy temprano para calificar su actuación después del cochinero que encontró de las administraciones de Moreno Valle y Gali.
No dice el ex Alcalde de San Pedro Cholula que gusta de presionar porque le ha puesto nervioso la apertura de cuentas públicas; la investigación de inversiones en hoteles utilizando casonas antiguas; que se construyen plazas comerciales en terrenos abandonados o arrebatados a sus legítimos propietarios. Que si Felipe Patjane abusó del erario de Tehuacán, utilizó el ayuntamiento como refugio de priistas y panistas y todavía se cubrió con sarapes que hieden a traición, no podía ser otro su destino que ser detenido antes de su boda que había preparado a todo lujo con inversión millonaria.
Desviar dinero que no es de él, es delito.
Fue un golpe mortal para la camarilla de la que hablamos el que Miguel Barbosa le ganara la candidatura de MORENA y luego la gubernatura. Y, ahora, creo que esa misma camarilla lloró amargamente la tragedia de la navidad de 2018.