Puebla, Pue.- De acuerdo con el mapa de rutas migratorias en México, misma que está elaborado por la organización internacional, Médicos Sin Fronteras, en Puebla se encuentran habilitados 3 albergues, dentro de la Ruta Centro, que va de Tierra Blanca a Querétaro.
Los albergues son los siguientes:
Iglesia El Calvario “Casa del Migrante y Peregrinos Mambre” ubicada en la Calle 14 Norte Nº 2207, (atrás de la Cruz Roja) Barrio del Alto, Puebla, Pue.
“Casa del migrante de la Parroquia de Nuestra Señora de los Desamparados” Av. 25 Poniente y 35 Norte s/n, fraccionamiento Valle Dorado, Puebla, Pue.
Parroquia de San Felipe Hueyotlipan. Ayuda Humanitaria a Migrantes en Tránsito. 5 de Febrero Oriente Num. 1, Col. Junta Auxiliar de San Felipe. Puebla, Pue.
El mismo mapa indica que en la Ruta Suroeste, que va deTapachula a Tierra Blanca, hay nueve albergues; en la Suroeste, de Tenosique a Tierra Blanca, hay cinco; y en la Centro, de Tierra Blanca a Querétaro, existen 15.
En la Ruta Noreste, de Querétaro a Ciudad Acuña, Piedras Negras, Laredo Reynosa, Matamoros se tienen 13 albergues; en la Norte, de Querétaro a Puerto Palomas, seis; mientras que en la Noroeste, de Querétaro a Tijuana, son 22, siendo la que concentra más espacios de este tipo.
“Médicos Sin Fronteras” Son una organización internacional, formada por 21 secciones: Alemania, Australia, Austria, Bélgica, Brasil, Canadá, Dinamarca, España, Estados Unidos, Francia, Grecia, Holanda, Hong Kong, Italia, Japón, Luxemburgo, Noruega, Reino Unido, Sudáfrica, Suecia y Suiza.
En México, la asociación ha trabajado con personas migrantes y refugiadas en México desde 2012, mismas que huyen de la violencia y la falta de oportunidades en sus países de origen.
Se calcula que cada año cerca de 500,000 personas atraviesan México con destino a los Estados Unidos. La mayor parte de estas personas proviene de los países del Triángulo Norte de Centroamérica TNCA (Honduras, Guatemala y El Salvador), huyendo de la violencia y buscando mejores condiciones de vida para ellos y sus familias.
Durante su tránsito, dichas personas se enfrentan con múltiples dificultades y situaciones de violencia. El gran flujo de personas en movimiento, en combinación con las difíciles condiciones del viaje, convierte a esta situación en una crisis humanitaria, que necesita ser abordada por todos los países de la Región.