Siempre bajo la acusación popular y sospecha de ser presunto responsable del asesinato de su propio primo en el transcurso de una promiscua y a lo que se antoja una fiesta de terror y vicio donde participaban solo hombres en una residencia de su propiedad en su oriundo Huauchinango hace ya más de cinco lustros, Mario Alberto Mejía pulió, asimiló y aprendió las tácticas eficientes para encaminar sus siniestras habilidades en la difamación, la calumnia, la extorsión, la corrupción y el chantaje que le confieren en el hoy una posición económica y empresarial basada en una fortuna que sin duda le confieren la calidad de uno de los más acaudalados comunicadores no solo de Puebla sino del país.
Su sugerida primera acción delictiva grave se dice le sirvió en forma eficiente para evitar errores futuros y no ser derribado en el transcurso de la perpetración de agravios, intimidaciones y amenazas de desnudar vidas, actos y conciencias de políticos, empresarios, señores del poder y del dinero de cuyos bolsillos se supone han salido las sumas millonarias que hoy sustentan su fortuna.
En entonces en el expediente del asesinato “desaparecieron” milagrosamente los hechos donde se indicaban que el cadáver había sido penetrado por vía anal con esferas de unicel rígido, la gran culminación fue acusar únicamente a uno de los participantes que solo por mera casualidad era el hijo adoptivo de la entonces poderosa secretaria del juzgado que en los hechos actuaba como juez por ser miembro de una de poderosa familia política y económica de la región.
Obvia decir que el chivo expiatorio poco tiempo duró preso, y fue generosamente resarcido por la molestia.
Sujeto a no negar inteligente y hasta brillante ya había abandonado sus sueños de poetizo y con gran éxito incursionaba en el mundo periodístico, donde sus habilidades como excelente reportero iban –y siguen- a la par de su extraordinaria capacidad para adular, exaltar y promover a actores de la política y la empresa, desde gobernadores en turno sin importar filiación ideológica o partido, exaccionándolos y traicionarlos cuando se cortaba o reducía el flujo de billetes.
Ha sido director de importantes medios informativos impresos y radiofónicos, nadie pone en duda su capacidad profesional en el medio de la comunicación, siempre rendido en alabanzas y exaltaciones de la labor que de los que le proporcionan buena vida.
A excepción de Mario Marín Torres, su participación como relevante actor e influyente comunicador le han inundado de protección y riqueza. Menos “el gober precioso” por su enfermiza homofobia.
La llegada de Rafael Moreno Valle a la gubernatura fue el premio mayor para Mario Alberto Mejía, se convirtió en el informador mayormente privilegiado y enriquecido en ese nefasto sexenio y los dos años del títere o apéndice Tony Gali.
Hoy tras las rejas de una prisión, en ese entonces el hombre más poderoso en Puebla lo era Eukid Castañón, el cual no solo le brindó la amistad y afecto que ahora niega Mario, sino que erogó millones de pesos para construir una estructura informativa encabezada por un bien diseñado y hasta lujoso diario, bajo el mando y directriz de Mejía. Lo que era el inicio de un proyecto mayor para eregir una cadena de periódicos a nivel nacional como apoyo y fundamento a los sueños de Moreno Valle de llegar a la presidencia de la República, uno onirismo que estuvo a punto de convertirse en realidad pero que quedó calcinado en el sospechoso derrumbe del helicóptero donde viaja con su esposa Martha Erika Alonso que con las triquiñuelas y fraudes elucubrados por Eukid ya era gobernadora de Puebla.
Unos, los menos, con desencanto y tristeza; los más con jolgorio y alegría, veían el derrumbe de los abusos, extorsiones y amenazas de Mario Alberto Mejía, pero en unos de esos extraños arranques inexplicables por parte del gobernador Miguel Barbosa lo escogió para ser el primer periodista a quien conceder una larga entrevista en un amigable ambiente y afectivo diálogo, a pesar de haber sido uno de los brazos armados del occiso Rafael Moreno, en la campaña negra, de ruín desprestigio, calumnia, agresividad y defenestración de que fue parte Barbosa, y cómplice y acuse de mentira en aquella campaña en donde los Moreno Valle lo despojaron de un triunfo legítimo, en un asqueroso fraude.
Obvia decir que los chorros de dinero de las arcas gubernamentales siguen fluyendo a manos llenas a favor de Mario Alberto, cuya vida personal y pública guarda retorcidos y sucios actos de los habremos de informar en siguientes entregas.