Bien dice mi hermana “a los niños por muy pequeños que sean, explícales las situaciones y diles por qué suceden, son pequeños, pero razonan”. En esta época de enclaustramiento, obvio que los niños y adolescentes perciben los cambios, detectan cuándo algo no va bien o cuándo los adultos se sienten inseguros o asustados, ahí es cuando debemos entrar en acción y no dejar que su imaginación vuele hasta crear escenarios catastróficos que de oídas de sus pares tengan información errónea. Ya bastante tenemos con algunos medios de comunicación que desinforman con tal de ir en contra del trabajo y decisiones del actual gobierno federal.
El encierro puede causar Irritabilidad, enfado, frustración, cambios de humor o más peleas. La falta de comunicación puede llevar a una situación de miedo o pánico, y ello se acentúa en hogares donde su contexto habitual es la violencia -cierto es que para muchos menores la escuela representa un lugar seguro por lo menos en unas cuantas horas de su día- finalmente de una u otra forma, lo menos que los menores y adolescentes desean es vivir en un estado de vulnerabilidad e inseguridad.
Además, también debe tenerse cuidado en crear la empatía necesaria para que ellos se sitúen en la realidad y reconozcan que hay familias que no cuentan con los indispensable para vivir día a día y deben salir de casa todos los dias para conseguir su sustento.
Esta oportunidad también debe aprovecharse para abordar la perspectiva de género y delegar tareas hogareñas por igual a niñas y niños, y quienes pueden encontrar su mejor ejemplo en sus padres, donde ambos colaboran para mantener el orden, la limpieza y en la elaboración de los alimentos.
Finalmente, el objetivo primordial es explicar la situación para que no se asusten con información falsa, y a su vez, aprendan a desarrollar estrategias que les puedan funcionar en otras situaciones. Por ejemplo, el hecho de lavarse las manos con agua y jabón es importante para el CoVid-19 pero también para la gripe y otras enfermedades; la lección que hoy estamos aprendiendo todos, servirá para en un futuro hacerlo una práctica recurrente para salvaguardar nuestra salud. Asimismo, señalar que la cuarentena es una medida de prevención tanto para no ponerse enfermos ellos como para no contagiar a los demás. A su vez, habrá que explicar dónde estará la familia en aislamiento, quienes están a cargo si los padres no pueden estar y cuántos días han recomendado los profesionales de la salud que debe durar la situación.
Por otra parte, para los niños menores de 3 años se puede plantear un mes de casi no desarrollo, un niño sano, aunque tenga que cumplir el confinamiento, va a moverse por la casa. Y será bueno -en la medida de lo posible- permitírselo. En caso de crisis existenciales hay que estar abiertos a sus formas de expresión emocional, así como reconducir aquellas reacciones descontroladas que no les ayuden. Cómo adultos estamos obligados a resolver dudas y brindar las explicaciones necesarias.
Lo más recomendable para evitar aburrimiento, estrés y frustración es establecer rutinas, como la hora de levantarse y acostarse, los momentos de la comida, del aseo de la casa y de las mascotas, los espacios para la recreación y el estudio, así como la convivencia familiar, todo ello contribuirá a crear una atmósfera de estabilidad y seguridad ante esta nueva y temporal forma de vida. El no contar con una adaptación adecuada en la reclusión, produce un impacto psicológico en las personas que puede ser amplio, sustancial y tal vez duradero, siendo unos de los posibles efectos la irritabilidad, bajo estado de ánimo, insomnio, ira, agotamiento emocional…[1]. Por lo que es mejor enfrentar las dificultades con entereza y optimismo.
La crisis del Covid 19 en México, seguramente dejará reprobados a nuestro sistema de salud y de educación, el primero por todas las carencias que enfrenta y el segundo porque nunca pensamos contar con una estrategia usando herramientas digitales para evitar el retraso en las clases de los alumnos del nivel obligatorio, que sirviera al menos para que niños, niñas y adolescentes siguieran con sus cursos mediante las nuevas tecnologías de la comunicación, por lo que es una lección más que nos está dejando la pandemia, que quizás se prolongue de acuerdo a las opiniones de los expertos y especialistas o bien se presente otra en los próximos años y que de nuevo nos tome sin estar preparados.
[1] K. Brooks, Samantha, et al. Revista The Lancet. Department of Psychological Medicine, King’s College London, London, UK. El impacto psicológico de la cuarentena y cómo reducirlo. Disponible en: https://www.thelancet.com/action/showPdf?pii=S0140-6736%2820%2930460-8