Volvieron a sacar la cara por Rafael Moreno Valle algunos reporteros, columnistas y directores de periódicos y programas de radio, cuando se cumplió un año de la tragedia en la que perdió la vida junto con su esposa Martha Erika Alonso.
Eran sus ídolos.
Quieren hacer víctima a Rafael y especulan sobre un posible atentado que, los reportes oficiales indican no existió. Vuelven a unir su sentimiento con lo que queda del panismo morenovallista.
Intentan sembrar dudas preguntando ¿quién o quiénes son los beneficiarios con el deceso de la pareja?
Y al mismo tiempo ponderan su trayectoria, como si la hubiera forjado en la asepsia política.
La respuesta a su interrogante es sencilla: Los verdaderos beneficiarios fueron aquellos que forjaron millonarias fortunas, ganaron concesiones y manejaron presupuesto del erario de forma indiscriminada.
Los verdaderos beneficiarios son sus cómplices que están siendo investigados.
Los verdaderos beneficiarios son los cínicos que prestaron sus nombres para realizar pingües negocios.
Los verdaderos beneficiarios son los que robaron tierras y participaron en el fraude electoral de 2018.
Los verdaderos beneficiarios son los impolutos Periodistas que nunca criticaron al morenovallismo y su extensión con Antonio Gali Fayad. Pocos lo hicieron, siendo perseguidos.
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