MIGUEL ÁNGEL GARCÍA MUÑOZ
No sé dónde me enteré que Eduardo Rivera Santamaría, amigo cercano y confidente del tramposo empresario Ricardo Henaine Mezher, además de compadre y socio (así lo ha presumido por mucho tiempo) del dueño del periódico Uno Más Uno, Naim Libien Kawui, será lanzado como aspirante a la Alcaldía de Puebla, buscando restarle simpatizantes al panista y ex Presidente Municipal, Eduardo Rivera Pérez.
Seguramente es una broma.
Es imposible aguantar la carcajada.
¿Pues de cuál fumaron?
Rivera Santamaría, es un tipo embaucador y labioso, con antecedentes más oscuros que el Negro Durazo. Eso sí, se dice Periodista y ahora comentarista en un programa de radio. Pero sin duda es un perfecto desconocido entre los votantes que, si se enteraran que tiene algunas denuncias en su contra, se irían contra él y lo destrozarían, así como al Partido que lo impulsaría, en este caso MORENA, del que presume tener apoyo incondicional.
La campaña sería por Lalo Rivera, en este caso homónimo del panista que es conocido de la misma forma, distinguiéndose sólo por el segundo apellido.
El chiste es confundir al electorado y dividir el voto.
Pésima estrategia y de muy mal gusto.
Confiar en un traidor y vivales parece increíble.
Tampoco los poblanos pueden volver a fijar su mirada en Rivera Pérez, quien dejó mucho que desear en su gestión que se hincó ante Rafael Moreno Valle Rosas.
Pero como en política todo puede suceder, mejor es esperar para después reír, llorar o rezar, las tres cosas por el mismo precio.
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