¿Dónde quedaron aquellos que presumían de la amistad y protección de Eukid Castañón Herrera, ex Diputado local y federal; ex operador de Rafael Moreno Valle Rosas; partícipe en la elección de 2018 en Puebla con tintes de fraudulenta y famoso por ser uno de los espías estrellas del morenovallismo?
¿Lo estarán negando los que comieron de su mano; los que recibían instrucciones directas de él; los que estiraban la derecha para saludarlo y la izquierda para recibir dinero por sus servicios?
La ingratitud es parte de la esencia humana.
Abogados, sí tiene. Es su chamba defender a quien los contrate.
Inmediatamente han dicho, igual que algunos medios de comunicación, que Eukid es un preso político y es el primero de la administración de Miguel Barbosa Huerta.
¡Falso!
Un prisionero político es cualquier persona que esté en la cárcel sin haber cometido un delito tipificado, sino porque sus ideas representan un peligro para un gobierno o un sistema político.
Un pillo, como Eukid Castañón Herrera, no puede tener esas características que sus defensores exponen. Y dentro del morenovallismo que aún existe, se mueven otros semejantes que tienen la cola más larga que el Cometa Halley.