Por: Miguel Ángel García Muñoz
(Diario ABC Puebla)
Todo sucede en plena Semana Santa.
Da la impresión de que se intenta lucrar con la fe religiosa.
Esto no le gustaría a Benito Juárez García, figura venerada por el actual gobierno federal, con todo y su catolicismo proclamado por el mismo oaxaqueño y su formación masónica.
Si el Presidente Andrés Manuel López Obrador y la llamada Cuarta Transformación calificaron al PRI, al PAN, a MC y al PRD de corruptos y de ser culpables de todos los males de México, cómo pedirles, bajo amenaza de convertirlos en traidores, su voto a favor de la Reforma Eléctrica.
Ya pasó el 10 de abril, Domingo de Ramos, día de la Revocación de Mandato, trocado ilegalmente en Ratificación. MORENA y el Jefe del Ejecutivo consideraron un triunfo los 15 millones de votos obtenidos, no obstante que 80 millones de ciudadanos con credencial de elector se abstuvieron de ir a las casillas. Cuestión de óptica e intereses involucrados.
Llega el 17 de abril, Domingo de Pascua o de Resurrección. En la Cámara de Diputados se desahogará la votación de la Reforma Eléctrica. Si los opositores se mantienen unidos, no pasará; si son convencido$ los suficientes legisladores, al estilo del oportunista legislador de Campeche, Carlos Miguel Aysa, sabedor de que su papá, a cambio, será nombrado Embajador de México en la República Dominicana, entonces serán salvados por la mano poderosa. Por arte de magia dejarán de ser parte de la mafia conservadora.
Ni una coma se le quitó a la iniciativa presidencial.
Mintió el impresentable Ignacio Mier Velazco, con tal de convencer a los opositores.
Hay plan B, dice el Presidente.
No pasará, dicen priista, panistas, el movimiento naranja y perredistas.
La elección de 2024 está a la vista, pero antes habrán de pasar muchas cosas.