RODRIGO SANTAMARÍA
El Partido Acción Nacional no es la excepción en cuanto a su fragmentación por ambiciones y le hará falta más que un buen candidato para ganar la elección por la Presidencia Municipal de Puebla.
Aunque el grupo radical “El Yunque” y los apologistas de Eduardo Rivera hicieron fiesta al saberse su candidatura por tercera vez a la Alcaldía, que anunciaron en la Ciudad de México Genoveva Huerta y el líder nacional panista Marko Cortés, a pesar del morenovallismo que se pronunció un día antes en su contra, la tendrá en chino para alcanzar la victoria sobre MORENA y sus aliados.
Llega por “dedazo”, que es como el PAN está eligiendo a sus candidatos, sin lanzar convocatorias, amenazando a participantes y mintiendo para detener protestas y escándalos.
Rivera Santamaría, con todo y que ha sabido conformar una estructura foránea, pues planea la llegada de votos de otros Estados que le den el triunfo, tiende al fracaso por tres puntos esenciales:
1.- Se le recuerda como un títere de Rafael Moreno Valle Rosas y Antonio Gali Fayad, negándose a tener los arrestos de imponer su carácter y proyecto político en beneficio de los poblanos. No hay mucho que destacar de su gestión.
2.- Coqueteó con diferentes Partidos en aras de conseguir la candidatura, ofreciendo lo que fuera con tal de ser aceptado. Se acercó a MORENA, a Movimiento Ciudadano y al PRD, negociando prebendas, finalmente, con el PAN, organismo que en teoría es el más competitivo en estos momentos frente a la Cuarta Transformación. Rivera Pérez, quedó como un ambicioso desproporcionado, pero sus amigos lo calificarán como un eficiente negociador.
3.- No tiene la aceptación ciudadana suficiente, que es la que votará el 6 de junio decidiendo el destino del municipio más poblado del Estado. Acción Nacional es un Partido desprestigiado que castigó a la ciudadanía desde 2010 con gobiernos nefastos de los que formó parte. Aunado esto a que habrá una vigilancia como nunca que garantice la no intromisión de manos negras.
Por otra parte, Rivera Pérez tendrá respaldo de medios de comunicación identificados con la derecha radical y que confrontan todos los días a la llamada Cuarta Transformación. Son los mismos que le apuestan al regreso de los privilegios que perdieron con la partida de los Moreno Valle-Alonso Hidalgo.
Habrá traiciones y cosas raras.
Tendrá que enseñar Eduardo Rivera Pérez su verdadero peso político.
Esto apenas empieza.
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