Por: Sofía Paz
(Diario ABC Puebla)
Ha sido contundente el Gobernador de Puebla, Miguel Barbosa Huerta, al señalar que los responsables de los lamentables hechos en Papatlazoco, comunidad serrana de Huauchinango, Puebla, serán llevados ante la autoridad competente, sin complacencias y ajustándose a la ley para la aplicación de justicia.
No hay atenuantes para este hecho de barbarie, donde se conjugan el salvajismo y la ignorancia. Imposible advertir que esto se repite en diversas regiones del país, aunque también indica que la gente imagina acontecimientos que acechan su seguridad, producto del avance de la delincuencia y el crimen.
No obstante el clima de inseguridad, no es pretexto para linchar a un joven de 31 años, Daniel Picazo, que había sido asesor del PAN en la Cámara de Diputados federal, confundiéndolo con un secuestrador, sin darle oportunidad de defenderse o hacer por lo menos una llamada que demostrara que estaban equivocados los incitadores.
Amarrarlo, azotarlo y quemarlo, sin pruebas de las acusaciones, es algo que causa repulsión y evidencia la descomposición social que va de la mano, repito, de la ignorancia y el salvajismo.
El 14 de Septiembre de 1968, la masacre de San Miguel Canoa, se viene a la memoria. Sin embargo, más allá de una cacería de universitarios de la BUAP por una turba enardecida, no fue contra secuestradores, sino contra trabajadores señalados de comunistas. Era el anunció de lo que ocurriría el 2 de octubre de ese mismo año: La matanza de Tlatelolco.