Redacción ABC Puebla
¿El pueblo no se equivoca?
Entonces, acertó en elegir a Claudia Rivera Vivanco como Presidenta Municipal de Puebla.
¡Qué paradoja!
Le dio el triunfo en 2018, pero 2 años después la gente renegaba de su propia decisión, ante el infausto gobierno que ha hundido más a la castigada sociedad poblana.
La esperanza se ha renovado en la figura del panista Eduardo Rivera Pérez, quien no solamente tendrá la oportunidad de reivindicarse con creces, sino que podría construir el trampolín que lo impulse a caer en Casa Aguayo.
Claudia, Mintió en campaña y mintió como Alcaldesa. Así lo reconoció cuando cínicamente quiso reelegirse pidiendo perdón, derramando lágrimas y rogando una segunda oportunidad, jurando por Pinocho que ahora sí cumpliría su palabra.
Se aventó a remodelar el zócalo, cuando no hacía falta; dijo que iba a pavimentar calles en un programa relámpago de bacheo; empezó a perseguir a los ambulantes y dijo que la inseguridad ahora sí se iba a acabar.
¡Cuánta farsa!, acusando torpemente de ser objeto de violencia de género, buscando justificar su ineptitud.
Con el fracaso alcanzado en la elección del pasado 6 de junio, Claudia Rivera se ha dedicado a tapar los hoyos financieros de su administración, abandonando cualquier intento de hacer obra pública. El centro histórico está lleno de prostitutas y padrones que abarrotan hoteles de mala muerte; el comercio informal es incontrolable; la delincuencia está desatada; los hoyos en las calles son albercas; el alumbrado en las colonias es pésimo; el suministro de agua potable es un desastre; el narcomenudeo es parte del negocio.
Y todavía Claudia Rivera pelea la dirigencia de MORENA, apostando parte de sus canicas a que el próximo Rector de la BUAP sea Guadalupe Grajales Porras o Francisco Vélez Pliego, viendo en la institución un salvavidas que políticamente la mantenga a flote para seguir enfrentando al Gobierno del Estado.