Por: Sofía Paz
(Diario ABC Puebla)
Los datos son del INEGI: Existen en la República Mexicana 52 mil médicos desempleados.
Entre ellos cientos de especialistas.
Muchos trabajan de taxistas, atendiendo en consultorios de farmacias a cambio de 20 o 50 pesos que destina el paciente por voluntad propia. Otros de comerciantes o en cualquier otra actividad que nada tienen que ver con su profesión.
No hay plazas.
Mentira que nadie quiera ir a trabajar a comunidades alejadas, a pesar de la inseguridad que ha ensangrentado el país.
Igualmente, es falso que más de 2 mil plazas se estén ofertando y estén siendo rechazadas.
Todos los que trabajaban en el fracasado INSABI fueron corridos sin ninguna explicación ni prestación, después de haber desaparecido el Seguro Popular.
Se destrozó la estructura de salud.
Se retiraron las medicinas contra el cáncer, lupus, diabetes, etcétera.
Millones de vacunas para controlar la pandemia del Coronavirus caducaron.
Miles de enfermeras, doctores, camilleros, intendentes, murieron por el virus y el gobierno federal asegura que no entraron a la batalla.
Los Médicos cubanos que vinieron dizque a ayudar, no sabían nada, fueron capacitados por mexicanos y ahora el gobierno abre 500 plazas para ellos, cuando en México no hay oportunidades para los mexicanos.
Asociaciones, federaciones, colegios médicos, están en contra de los calificativos que ha utilizado el Presidente Andrés Manuel López Obrador contra el gremio, tildando a sus integrantes de egoístas, retrógradas, irracionales y conservadores.
La indignación es mayúscula en el sector salud.
Y para coronar la infamia, la UNAM es atacada nuevamente, afirmando que ninguno de sus pasantes ni los médicos egresados ni los que tienen una especialidad aportaron esfuerzo contra la pandemia.
No es cuestión de segregación ni marginación ni falta solidaridad, sino de sentido común y sensatez.
Con falsedades no se resuelven problemas, se agravan.