GIOVANNY GARCÍA JIMÉNEZ
La evasión de impuestos es una práctica recurrente en la nación mexicana.
Proliferan los escándalos.
Pregúntenle al SAT, a los ayuntamientos y los Estados.
Hay empresarios que han sido descubiertos y todavía se indignan, se confrontan con la autoridad y finalmente piden negociar, como si se cometiera alguna injusticia contra ellos.
La parálisis en AUDI Puebla, instalada en San José Chiapa, la llamada Ciudad Modelo, se origina porque debe alrededor de 90 millones de pesos en impuestos. El ayuntamiento de la localidad, así como el de Nopalucan, está dispuesto a cobrar y no seguir permitiendo el abuso.
Mientras vivió Rafael Moreno Valle Rosas les regaló terreno, les condonó impuestos y hasta ayudó a la empresa alemana a pagar salarios y transporte de sus trabajadores. Todo a pedir de boca, a cambio de tener apoyo en su ambición de convertirse en Presidente de México. El nieto del General, también fallecido, hizo de la corrupción e impunidad sus pasatiempos favoritos.
La empresa Volkswagen, hasta donde se sabe, también tiene un adeudo millonario con la Presidencia Municipal de Cuautlancingo y no se sabe si hay pláticas conciliatorias para acordar pagos y no evadir responsabilidades.
Muchos dicen: Si Ricardo Salinas Pliego debe, igual que Antonio “El Diablo” Fernández de FEMSA, Ricardo Henaine Mezher, por citar tres casos, negándose a pagar y hasta llamarse perseguidos en un acto grandioso de cinismo, ¿por qué nosotros no?
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