RODERICK GARCÍA RAMÍREZ
En todos los Partidos hay jaloneo por candidaturas rumbo a 2021.
PAN y PRI no pasan desapercibidos, pero en MORENA llama poderosamente la atención los conflictos. El poder nubla la conciencia, no de todos, sí de muchos. La lucha de grupos que quieren el control, no respeta jerarquías ni trabajo ni merecimientos.
Las encuestas de estos momentos marcan que la llamada Cuarta Transformación puede consolidarse; sin embargo, la buena o mala selección de candidatos puede marcar la diferencia, porque nadie quiere corruptos, oportunistas o lisonjeros con pasados borrascosos.
MORENA llegará con un Presidente de la República fortalecido con una alta aprobación (58 por ciento), 5 puntos más alta que en 2018.
De las 15 gubernaturas en juego, 12 se perfilan para el Partido en el poder, incluyendo Nuevo León, reducto del PAN y de los principales detractores de Andrés Manuel López Obrador, sin descontar Querétaro, Chihuahua y Michoacán, tierra ésta última de Felipe Calderón Hinojosa.
La Cámara de Diputados nuevamente se pintaría de color marrón, así como Congresos de los Estados y Presidencias Municipales.
Recuérdese que habrá reelección en curules y regidurías de quienes lo merezcan por sus logros, reconocimiento del pueblo y el aval de los Partidos.
Si alguien pensaba una posible negociación de posiciones, creo que se está equivocando, porque una transformación política real de la nación no lo permite.
MORENA, va por todo, con o sin alianzas de Partidos con historia o de reciente creación que alcancen su registro ante el INE el próximo 4 de septiembre.