Hay interesados en no esperar al dictamen de los expertos sobre el “helicopterazo” que cortó la vida de Rafael Moreno Valle Rosas y Martha Erika Alonso.
De manera tendenciosa interrogan quién ordenó la incineración que consideran ilegal porque borró evidencias.
Pero lo que no han hecho es preguntar a los padres de Rafael y Martha Erika si ellos fueron los que solicitaron la cremación para que nadie viera el estado lamentable de sus cuerpos.
Es necesario que se sepa directamente la versión de las familias.
Por supuesto que todos quieren saber la verdad de las cosas: Desde el hecho de haber salido el aparato de la residencia del empresario José Chedraui Budib y no del “Triángulo”; quién los convenció de volar juntos, si nunca lo hacían; las actas de defunción si fueron manipuladas con premeditación o estupidez y, por supuesto, si el helicóptero “Agusta” falló, lo que deberán aclarar los peritajes.
Lo que nadie quiere es la creación de fantasías, cuentos, leyendas, mentiras e inventar culpables.
Lucrar con la desgracia es inmoral.
Despacio que llevo prisa.